"La frivolidad consiste en tener una tabla de valores invertida o desequilibrada en la que la forma importa más que el contenido, la apariencia más que la esencia y en la que el gesto y el desplante, hacen las veces de los sentimientos e ideas".
Vargas Llosa
Esta semana tengo que hacer una presentación, y me repito a mi misma, no olvides a tu audiencia, sé considerada con ella, cuando presentes recuerda que menos es más.
Y un poco esa es mi idea, ayudarlo a reflexionar en qué tipo de situaciones es mejor menos que más.
Me dice un cliente que tiene poco tiempo para dedicarle a su familia y a hacer ejercicio porque (sin necesidad) se ha sobre comprometido con varios proyectos en su negocio y, por lo anterior, no lo está pasando bien. Otra vez: menos es más.
En las reuniones de trabajo con frecuencia las personas piensan que entre más monopolicen la palabra es mejor y entonces hablan por hablar. En las reuniones de negocios menos es más.
Una cliente que participa en un seminario, comenta frustrada: ¿de dónde se saca que monopolizar la palabra en clase es bien visto, sin pensar si lo que se dice tiene sentido, es relevante o ya ha sido mencionado? Igual, en las clases, si es estudiante, piense en sus compañeros y trate de aplicar el principio de que hablar menos es más.
El Presidente B. Obama tiene claro el tema, pues le hace la petición a la gente que trabaja en su equipo que sean concretos y se comuniquen por escrito. Le llegan todos los días memos de decisión a su escritorio con 3 opciones:
- De acuerdo
- En desacuerdo
- Amerita discutirlo
Alguien que tiene tanta responsabilidad entre manos, tiene claro el principio de que menos es más, para lograr enfocarse mejor. Los subalternos de Obama, para mandarle esos memos, tienen que hacer un trabajo previo que minimiza el tiempo que su jefe invierte.
Pudiera ser que nuestra necesidad de sentir que “más es mejor” venga del temor a enfrentar las consecuencias de la escasez.
No es inusual que muchos de los billonarios en el mundo han decidido, luego de acumular sumas millonarias, ser frugales en su forma de vida.
Azum Premji empresario de la India (patrimonio superior a los 15 billones de dólares), maneja por más de 10 años un Corolla, y porque éste empieza a fallarle, compra un Mercedes usado.
Bill Gates afirma que una vez que usted acumula cierta cantidad de dinero, es la misma hamburguesa la que te comes.
Los economistas en los Estados Unidos han estudiado que en términos de felicidad y bienestar una vez que se superan los ingresos de $75,000 dólares anuales, no hay una diferencia significativa en términos de felicidad si se le aumentan más ceros a esa suma. Pero incluso, a partir de ingresos superiores a $40,000 dólares por familia, las preocupaciones empiezan a ser otras más allá de las de subsistencia: autorrealización, propósito, trascendencia, etc.
Algunos, sin embargo, con ingresos superiores relativos, viven con preocupaciones de dinero porque se comparan con otra gente, lo que es una comparación inútil y engañosa.
Un cliente empresario me menciona un poco confundido que ha conocido a otro empresario que tiene un patrimonio, de lo que puede deducir de su conversación, varias veces superior al de él, pero que maneja un carro viejo y destartalado, decisión que no le hace sentido.
¿Cuál es el problema?- Le pregunto: -El gasta en lo que para él es relevante… un carro de lujo, pareciera que no lo es.
Esta semana murió Bill Cunningham de un aneurisma, Bill tenía 40 años de trabajar para el New York Times, a mi me gustaba leerlo, oírlo y ver sus videos. Leyendo lo que el periódico escribe para despedirlo, encuentro que se hace alusión a un estilo de vida frugal que lo caracterizaba y que le hacía afirmar: "El dinero es barato pero la libertad es cara".
Lo invito a pensar: ¿En qué áreas de su vida debería aplicar el principio de “menos es más”?