"¡Uno, dos, tres, estiramos!": antigua campeona del mundo de gimnasia, Sui Lu arenga a decenas de estudiantes que sudan sobre sus esterillas. Como ella, numerosos deportistas de alto nivel retirados colaboran en el auge del deporte escolar en China.
En una espaciosa y luminosa sala de entrenamiento en una universidad de Shanghái, Sui Lu, retirada del deporte a sus 29 años, dirige una sesión de estiramientos para la puesta a punto.
La joven conquistó el oro mundial antes de lograr la plata en viga de equilibrio en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
Aunque los alumnos a los que forma en la actualidad tienen ambiciones más modestas.
Las clases impartidas por antiguos campeones como Sui Lu se enmarcan en una campaña gubernamental dirigida a desarrollar la actividad deportiva entre los jóvenes.
Y los próximos Juegos Olímpicos de invierno en Pekín (4-20 febrero) actúan como catalizadores de esa tendencia.
"Antes, a la gente no le gustaba el deporte. Estaban presionados para estudiar y no tenían tiempo de hacer ejercicio", explica Sui Lu.
"Pero ahora todo el mundo comprende el interés del deporte", añade.
El Estado chino pretende reducir la carga de trabajo escolar entre los jóvenes, con dos horas de actividad física diarias.
Una campaña, que ofrece de paso nuevos retos laborales a Sui Lu y otros campeones como ella.
"Antes, todo el mundo pensaba que lo único que los deportistas profesionales podían hacer al retirarse era entrenar a otros deportistas de alto nivel", apunta.
Esta promoción de la actividad física forma parte de una campaña más amplia del Estado chino para alentar un modo de vida más saludable.
Algunos programas de televisión considerados "vulgares" o la adición a los videojuegos entre los menores han sido objeto de críticas.
El sistema escolar es muy selectivo en China y propicia que los jóvenes dediquen poco tiempo al deporte.
Numerosos padres instan a sus hijos a dedicarse a los estudios a tiempo completo. Una situación que puede tener la obesidad, la miopía o el estrés como efectos secundarios.
Campeona del mundo júnior de bádminton por equipos en 2010, Jiang Yujing enseña ahora en un centro de educación primaria y secundaria en Shanghái.
Muchos padres se dan cuenta de que "los estudios no son la única vía" hacia el éxito, señala.
Ahora "prefieren seguir los instintos naturales de sus hijos y propiciar que suelten su estrés por medio del deporte".
Uno de sus alumnos, Song Xuanchun, afirma sentir un cambio claro con estos nuevos cursos.
"La mayoría de mis amigos están en mejor forma", explica.
Madre de dos niños en edad escolar, Zhu Jing solía apuntarlos a innumerables clases particulares.
Antes de cambiar de opinión los últimos meses: "Si estudian todos los días (...) su sed de aprender disminuirá porque se dirán que poco importan sus esfuerzos, de cualquier forma tendrán deberes que hacer".
Desde el inicio del año escolar, Zhu Jing afirma haber disminuido la carga de trabajo de sus hijos, liberando tiempo para el ciclismo o el bádminton.
En algunos blogs, los padres expresan sin embargo su preocupación porque el deporte haga bajar las notas de sus hijos en las asignaturas troncales.
Pero signo de la toma de consciencia general, diferentes provincias adaptan ahora los exámenes de entrada a la Universidad para dar más peso a los resultados deportivos del alumno.
"En mi opinión, un niño al que le gusta el deportes es alguien que está bien a nivel físico y mental", afirma Zhang Meng, director adjunto de un centro educativo de Shanghái.
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