El exfutbolista inglés Anton Ferdinand, víctima durante su carrera de racismo, pidió este miércoles a las redes sociales Twitter e Instagram que actúen con más rapidez para poner fin a la difusión de odio en la red, advirtiendo que las consecuencias del mismo pueden ser fatales.
"Me preocupa a qué esperan las empresas de las redes sociales. ¿Esperan que un futbolista se suicide o que un miembro de su familia se suicide?", insistió el exdefensa del West Ham, que tiene ahora 36 años, durante una declaración en el Parlamento.
Animó por ello a las plataformas a que bloqueen el envío de mensajes potencialmente inapropiados y que prohíban las cuentas anónimas.
"Tienen la solución, pero no quieren usarla. El motivo es económico: si yo retuiteo un tuit racista que me han dirigido, todo alrededor de ese tuit les aporta dinero", lamentó.
Los futbolistas son regularmente víctimas de racismo durante los partidos o en las redes sociales, especialmente tras una derrota o un mal partido. Después de la final de la Eurocopa perdida contra Italia en julio hubo insultos contra tres jugadores negros de la selección de Inglaterra, Jadon Sancho, Bukayo Saka y Marcus Rashford.
Pero también ocurren incidentes racistas en las canchas de juego. Ferdinand acusó en 2011 a John Terry de haberle lanzado insultos racistas. El defensa del Chelsea, pese a ser absuelto de las acusaciones por un tribunal, fue sancionado con cuatro partidos de suspensión por la Federación Inglesa (FA).
je/gmo/dr/mcd