Ha derrocado gobiernos y forzado a otros a dar marcha atrás. El movimiento indígena de Ecuador retomó las protestas esta vez para desafiar a un mandatario recién posesionado que declaró el estado de excepción.
Leonidas Iza, presidente de la poderosa y mayor organización indígena (Conaie), lideró las manifestaciones registradas el martes en el centro andino, de donde es oriundo, contra la política económica del presidente conservador Guillermo Lasso.
Rodeado de los suyos en la localidad de Panzaleo, Iza -un ingeniero de 39 años- blandió la amenaza de una protesta escalonada e indefinida hasta que Lasso muestre su "voluntad" de atender los reclamos.
El detonante fue el alza de hasta 12% en el precio del combustible, con lo que el galón americano de diésel pasó de 1,69 a 1,90 dólares y de gasolina corriente de 2,50 a 2,55 dólares.
Iza fue uno de los líderes de doce días de violentas protestas en octubre de 2019 contra la eliminación de millonarios subsidios a los combustibles, que dejaron once muertos y más de 1.300 heridos y obligaron al entonces mandatario, Lenín Moreno (2017-2021), a dar marcha atrás.
En medio de las protestas, el dirigente reclama una reducción de precios en beneficio de los indígenas que representan un 7,4% de los 17,7 millones de habitantes.
A continuación extractos de la entrevista con la AFP:
Pregunta: ¿Hasta dónde quiere llegar el movimiento indígena en esta pulseada con el gobierno?
Respuesta: Solo depende de la voluntad del gobierno. Con que de manera pública diga: muy bien, escuchamos a los sectores populares del país (...), con eso tendremos que ir a la casa y seguir trabajando, a seguir sosteniendo la economía como siempre hemos sabido hacer.
P: ¿Esto podría derivar en un estallido social para derrocar al gobierno?
R: No voy a especular. Muchas veces quieren que digamos lo que hasta no puede suceder. No podemos especular, esto va a depender de la voluntad de la gente y de la voluntad del gobierno. Nuevamente apelamos a la sensibilidad, como autoridades que entiendan la realidad de este país.
P: ¿Cuál es la situación de indígenas y campesinos en medio de la pandemia?
R: Es de verdad muy compleja esta realidad. Si no hubiera sido por los campesinos, seguramente en este momento la economía ecuatoriana estaría mucho más jodida. El 70% de lo que comemos los ecuatorianos es gracias a las manos de los agricultores. Después de la pandemia al menos ha quedado un mensaje claro: la producción de los campesinos nunca paró. Estaban muriendo familias, murieron nuestros miembros, pero la agricultura nunca paró.
P: ¿Qué le piden al gobierno?
Que congele el precio de los combustibles en 1,50 dólares para el diésel y dos dólares para la gasolina.
No podemos avanzar en la flexibilización laboral. Necesitamos que se garantice por lo menos un año de moratoria en el sistema financiero para la gente que no estamos pudiendo pagar préstamos.
No queremos que nos regalen un solo centavo. Sólo queremos que limpien toda la usura de gastos judiciales, notificaciones de intereses de mora que duplican los créditos.
No podemos avanzar en la minería a gran escala en territorios con presencia de pueblos indígenas, en zonas de recarga hídrica, en áreas protegidas y en zonas sensibles.
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