La economía francesa debería crecer un 0,1% en el primer trimestre de 2023 y un 0,2% en el segundo, lastrada por la inflación que debería retroceder al 5,4% para junio, estimó este miércoles la oficina de estadísticas Insee.
Como en el cuarto trimestre de 2022, el Producto Interior Bruto (PIB) de la segunda economía de la Unión Europea (UE) registraría un alza del 0,1% en los tres primeros meses de este año.
Esta estimación es menor que el 0,2% proyectado inicialmente, a causa de una producción industrial menos fuerte de lo esperado en enero. La expansión en el segundo trimestre sería de 0,2%.
Un año después del inicio de la invasión rusa de Ucrania y tres años después del primer confinamiento contra el covid, los indicadores "muestran a la vez la huella dejada por los choques, pero también la relativa resistencia de la economía francesa", dijo en rueda de prensa Julien Pouget, jefe del departamento de coyuntura del Insee.
Aunque la inversión de las empresas se mantendría, el consumo de los hogares, principal motor de la actividad, registraría un "débil repunte" en el primer trimestre y crecería "muy moderadamente" de abril a junio.
Francia registra un nivel de inflación inédito desde los años 1980, que perjudica el poder adquisitivo.
La inflación se situó en un 6,3% interanual en febrero, impulsada por el encarecimiento de los alimentos. El indicador debería caer al 5,4% interanual en junio, por la menor tensión en el frente energético.
Los precios sin embargo deberían continuar su progresión hasta un 15,4% interanual a mediados de año, contra un 14,8% en febrero.
El Insee alertó no obstante que el desarrollo de la guerra en Ucrania, la duración de las huelgas en Francia contra una reforma clave, los temores sobre la estabilidad del sistema financiero o el vigor de la recuperación en China podrían lastrar estas previsiones.
El gobierno estima que Francia crecerá en 2023 un 1%. En 2022, la expansión fue del 2,6%, según el instituto de estadística.
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