La justicia británica confirmó el miércoles la pérdida de la nacionalidad de Shamima Begum que, con 15 años, dejó Londres en 2015 y viajó a Siria junto a dos amigas del colegio para casarse con un combatiente del grupo yihadista Estado Islámico.
La joven tuvo con él tres hijos, pero ninguno sobrevivió.
En 2019, Londres la había despojado de su nacionalidad británica invocando la seguridad nacional, un caso que había marcado especialmente la opinión debido a su juventud.
Shamima Begum, que ahora tiene 23 años y sigue en Siria, había recurrido la decisión.
El ministerio del Interior emitió el miércoles un comunicado en el que se mostraba "satisfecho de que el tribunal haya fallado a favor de la posición del gobierno".
Begum es una de los cientos de europeos cuyo destino es un asunto espinoso para los diferentes gobiernos, tras el colapso en 2019 del autodenominado califato de los extremistas islamistas.
Su aparente falta de remordimiento en las entrevistas iniciales había provocado indignación pero, desde entonces, ha expresado arrepentimiento por sus acciones y simpatía por las víctimas del EI.
En un documental del año pasado, dijo que al llegar a Siria se dio cuenta rápidamente de que el grupo Estado Islámico estaba "atrapando a gente" para aumentar las cifras del califato y "quedar bien en los videos (de propaganda)".
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