"El peor incidente que he visto en la historia del Bayern". Uli Hoeness, presidente de honor del club, estaba muy decepcionado por el caos vivido en la noche del jueves durante la asamblea general debido a los gritos de los hinchas que se oponen al contrato de patrocinio con Catar.
"Me da vergüenza", añadió Hoeness tras la asamblea anual del club, que duró cinco horas en la noche del jueves al viernes.
La tensión creció en los últimos días entre los dirigentes del gigante bávaro y un grupo de 'socios' -aficionados miembros del club- que piden renunciar a un contrato de patrocinio con Qatar Airways de 20 millones de euros (22,5 millones de dólares).
Estiman que los valores morales y humanistas del club no permiten aceptar dinero de una sociedad que pertenece a un estado acusado de violación de los derechos humanos.
El contrato, que permite a Qatar Airways colocar su logo en una de las mangas de la camiseta, finaliza en 2023 y los opositores piden que no sea renovado.
'¡Hainer fuera!', gritó un grupo de unas 800 personas durante la asamblea haciendo referencia al presidente del club Herbert Hainer.
La iniciativa de los aficionados tiene un significado especial, cuando queda menos de un año para que comience el Mundial de Catar-2022, entre noviembre y diciembre.
Los promotores se apoyan en los informes de organizaciones que acusan a Catar de explotar a los trabajadores extranjeros, principalmente en la construcción de los estadios del próximo Mundial. También reprochan a Doha su ley que prohíbe la homosexualidad.
Frente a la polémica, los dirigentes del Bayern utilizan un argumento muy utilizado pero discutido: disponer de más medios, explican, para influir en la situación de los derechos humanos de un Estado con la presencia allí, antes que recurriendo a un boicot.
"Sigo convencido de que el diálogo es la mejor manera de acercar a la gente", dijo Hainer ante la asamblea, añadiendo que el club no ha tomado una decisión sobre la prolongación del contrato.
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