EscucharLa llegada de nuevo armamento prometido por los occidentales a Ucrania coloca a Kiev ante el reto de formar a sus tropas para usar y conservar estos equipamientos diversos, a veces muy complejos.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, los aliados europeos de Kiev han entregado al país cerca de 300 tanques soviéticos modernizados.
Pero pese a las repetidas peticiones de Kiev, aún no han entregado carros de combate pesados de confección occidental.
El tabú parece sin embargo a punto de romperse después de que Polonia anunciara el miércoles que estaba dispuesta a enviar 14 Leopard 2 a Ucrania.
Francia, Alemania y Estados Unidos abrieron el camino la semana pasada al prometer el envío de blindados a Ucrania, concretamente 40 Marder alemanes, 50 Bradley estadounidenses y un número aún desconocido de AMX-10 franceses.
Alemania y Estados Unidos se comprometieron además a entregar una batería de defensa antiaérea Patriot a Kiev, para que pueda defenderse de los bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas.
Una fuente militar estadounidense comenta sin embargo que "entregar todos esos equipamientos es una cosa, pero usarlos es otra".
Y es que algunos armamentos son difíciles de manejar y mantener.
El portavoz del Pentágono, el general Pat Ryder, señaló por ejemplo que la formación en Estados Unidos de un centenar de militares ucranianos para poder usar y mantener el sistema Patriot "debería durar varios meses".
"Aún queda mucho por aprender antes de que Ucrania se beneficie de un sistema Patriot en uso en su suelo", afirmó recientemente Mark Cancian, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), en una nota de análisis.
Los expertos coinciden sin embargo en que desde el inicio de la guerra, los ucranianos han logrado integrar una gran cantidad de equipamiento diverso a sus tropas.
El ejército de Kiev no parte de cero. Antes de la invasión contaba con una flota de casi 900 tanques de fabricación soviética.
Pero "los tanques soviéticos son muy rústicos, hay menos aparatos electrónicos a bordo. Dada la diversidad de los tanques y vehículos blindados occidentales prometidos, podría ser un rompecabezas logístico para ellos", advierte un oficial de caballería francés.
Por otro lado, la intensidad de los combates que se libran en Ucrania hace que el mantenimiento de los equipamientos sea clave. Los tanques occidentales, destinados a la línea de frente, no escapan a la regla.
"Ucrania se encuentra en estado de movilización general, dispone de una reserva considerable de mano de obra. Y dispone de estructuras y dispositivos internos para asimilar toda esta diversidad de equipos", afirma Léo Péria-Peigné, experto en armamento del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
Los mecánicos desplegados cerca de la línea de frente suelen arreglar los daños más leves, pero cuando se trata de tareas de mantenimiento más complejas, es necesario hacerlo en la retaguardia.
Para ayudar a los ucranianos con estos armamentos occidentales, los aliados pusieron en marcha una serie de iniciativas para mantenerlos operativos.
El grupo francoalemán KNDS -- que reúne a la empresa alemana KMW y a la francesa Nexter -- abrió por ejemplo un centro de mantenimiento en Eslovaquia en noviembre, para poder arreglar los equipos terrestres franceses y alemanes desplegados en Ucrania. Estos incluyen cañones Caesar y PzH 2000, blindados antiaéreos Gepard o lanzacohetes múltiples MARS II.
Léo Péria-Peigné advierte sin embargo que es clave que los occidentales no envien sus tanques y blindados a cuentagotas para no ser contraproducentes.
"El carro de combate es el vehículo militar más complejo en cuanto a mantenimiento", comenta.
Por eso, "el envío de 10 tanques Challenger 2 por parte del Reino Unido sería un regalo envenenado. Requeriría la movilización de toda una red de formación y mantenimiento para una disponibilidad limitada", explica.
Más de un tercio de este tipo de equipamiento suele estar inmovilizado para su mantenimiento, recuerda el investigador.
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