EscucharOriundo de la isla de La Reunión, Steven Maillot, de 23 años, es aprendiz en la fábrica siderúrgica de ArcelorMittal en Eisenhüttenstadt, en Alemania.
Este sector es uno de los más afectados por la escasez de trabajadores calificados en la primera economía europea.
Frente a ese desafío, el gobierno de Olaf Scholz adoptará este miércoles un proyecto de ley que busca aligerar las reglas de obtención de visa de trabajo para los ciudadanos de fuera de la UE.
Pronto ya no será necesario presentar un contrato de trabajo para instalarse en el país, lo que será reemplazado por un sistema de puntos que mide el “potencial” de integración de los candidatos.
El objetivo de Alemania es atraer más trabajadores, a contracorriente del resto de Europa que busca el cierre de las fronteras a la inmigración.
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Envejecimiento de la población
Para Steven, el mejor salario y las mejores perspectivas de carrera lo decidieron a dejar la isla de la Reunión para venir a este lugar cercano a la frontera de Polonia, en los confines orientales de Alemania.
Esto tranquiliza a ArcelorMittal, cuyo responsable para Alemania, Reiner Blaschek, reconoce que es “cada vez más difícil” atraer a jóvenes aprendices como Steven.
La escasez de trabajadores calificados se ha vuelto un verdadero problema. Dos millones de puestos de trabajo se encuentran vacantes en la actualidad en Alemania, cuando la generación de los sesenta se jubila.
Por el envejecimiento de la población, el mercado del trabajo perderá siete millones de personas de aquí a 2035 si el gobierno no hace nada, según un estudio del Instituto de Investigación Sobre el Mercado del Trabajo (IAB).
Teniendo en cuenta todos los sectores, el 44% de las empresas alemanas interrogadas por el instituto Ifo señalan que fueron afectadas por la escasez de mano de obra en enero.
Frente a esta situación crítica, el canciller alemán Olaf Scholz anima a los trabajadores a no jubilarse de manera anticipada, mientras las empresas experimentan la utilización creciente de robots, como en el cuidado a los ancianos.
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El objetivo de Alemania es atraer más trabajadores, a contracorriente del resto de Europa que busca el cierre de las fronteras a la inmigración. Foto: AFP. (RONNY HARTMANN/AFP)
Superar el déficit
Recurrir a la población alemana “no será suficiente” para superar el déficit, advirtió Scholz en el Parlamento a comienzos del mes.
Los industriales tratan de responder a la escasez y proponen sus propias formaciones a los extranjeros.
La ciudad nueva de Eisenhüttenstadt, (literalmente “ciudad de la fábrica siderúrgica”) fue construida en los años 1950 en tiempos de Alemania del Este comunista.
ArcelorMittal emplea ahí a 2.700 personas y acoge cada año unos cincuenta nuevos aprendices como Steven Maillot.
“Para mi carrera profesional, debo quedarme aquí”, dice a la AFP en la fábrica, situada muy lejos de la isla de la Reunión, que añora, pues de ahí proviene.
Una formación adecuada es importante para evitar que “los jóvenes se nos vayan”, declaró el ministro del trabajo, Hubertus Heil, durante una visita reciente a ArcelorMittal, donde se entrevistó con aprendices.
Pero es muy difícil encontrar candidatos en el este de Alemania, por los ingresos más bajos que hay allí en comparación con los del oeste y porque además hay una acogida más hostil.
Por lo tanto, “trataremos de atraer también a los trabajadores que necesitamos abriendo canales a la inmigracion legal”, señaló el ministro.
La escasez puede “afectar misiones de transición importantes” en Alemania hacia “la electromovilidad o las energías renovables”, advierte Achim Dercks, director adjunto de las Cámaras de Comercio Alemanas (DIHK), a inicios del año.
ArcelorMittal prevé reemplazar un horno que funciona con combustibles fósiles en el sitio alemán por una nueva unidad activada con hidrógeno y electricidad de aquí a fines de 2026.
