El banco italiano BMPS, tercera entidad financiera del país, parecía este jueves cada vez más cerca de un rescate público, a medida que se agotaba el plazo para lograr un aumento de capital en el mercado de 5.000 millones de euros.
La operación de recapitalización lanzada el pasado lunes terminará a las 13H00 GMT (7:00 hora Costa Rica).
El banco indicó el miércoles por la noche que su conversión voluntaria de obligaciones en acciones, terminada a media jornada, le permitió conseguir, virtualmente, poco más de 2.000 millones de euros.
Por tanto, todavía le faltaban 3.000 millones para lograr su objetivo este jueves.
El BMPS, el banco más antiguo del mundo, es el eslabón débil del sistema bancario italiano, cuya fragilidad y créditos dudosos -que probablemente jamás serán devueltos- preocupan a toda Europa.
La entidad reconoció el miércoles que "no se había concretado ningún interés de inversores de referencia", si bien esperaba conseguir 1.000 millones de euros del fondo Qatar Qia o una participación de otros fondos, por ejemplo chinos o estadounidenses.
"La escasa probabilidad de alcanzar la cantidad necesaria aumenta las posibilidades de un rescate público", asegura Ipek Ozkardeskaya, analista de LCG.
"Si la diferencia [entre lo conseguido y el objetivo] es limitada, el Gobierno podría intervenir e inyectar probablemente hasta 1.000 millones de euros sin recurrir" a los poseedores de títulos, opina el economista Lorenzo Codogno, fundador de LC Macro Advisors Limited y ex director general en el ministerio de Finanzas italiano.
"Si falla el conjunto de la operación, el Gobierno deberá intervenir con una recapitalización preventiva", añade.
Este proceso impone, antes de la inyección de dinero público, una contribución de accionistas y poseedores de bonos, a través de una conversión forzada de los títulos a un nivel muy inferior a su valor nominal.
Evitar pérdidas a los ahorrantes
El Gobierno prevé un mecanismo para compensar las pérdidas de los pequeños ahorradores, ya que muchos italianos han suscrito este tipo de obligaciones sin conocer su riesgo verdadero. Poco más de 40.000 particulares tienen obligaciones BMPS.
El rescate de cuatro pequeñas entidades provocó el año pasado muchas pérdidas para los ahorradores, provocando manifestaciones y al menos un suicidio, algo que el Gobierno quiere evitar esta vez.
El miércoles, las dos cámaras del Parlamento votaron un aumento de 20.000 millones de la deuda pública, solicitado por el Gobierno para ayudar a los bancos con problemas.
Aunque el Ejecutivo se negó a citar los establecimientos que podrán beneficiarse de esas ayudas, está claro que BMPS forma parte de la lista.
Los bancos Carige, Veneto Banca o Banca Popolare di Vicenza también podrían solicitar ayuda.
El ministro de Finanzas, Pier Carlo Padoan, afirmó el miércoles que esos 20.000 millones de euros eran una medida "de precaución", "suficiente" para afrontar posibles dificultades.
La intervención pública pretende "mantener la estabilidad financiera" y "preservar el ahorro" de los italianos, añadió, recalcando que el sistema bancario era "sólido, pese a algunas situaciones de crisis".
El sistema bancario italiano en su conjunto genera gran preocupación debido a su dispersión (unos 700 establecimientos) y a la importancia de los créditos morosos en su cartera, estimados en 360.000 millones de euros, un tercio del total de la zona euro.
El BMPS está en dificultades desde hace años, debilitado primero por la desastrosa compra en 2007 del banco Antonveneta, y luego por un escándalo de malversaciones, con lo que ha acumulado unas pérdidas de 14.000 millones de euros entre 2011 y 2015.
Desde 2014 ha llevado a cabo dos ampliaciones de capital por un importe total de 8.000 millones de euros, un dinero que ya se esfumó.
Las acciones de BMPS han perdido el 86% de su valor desde principios de 2016.