
El entusiasmo del electorado dio un giro hacia la ruta digital y la calidez de la campaña no se perdió del todo gracias a las redes sociales, donde los simpatizantes se han encargado de poner fervor al frente frío que trajo la contienda en esta segunda ronda de las elecciones presidenciales.
Después del 2 de febrero, la campaña se enfrió con el retiro del candidato Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN), que dejó sin contrincante a Luis Guillermo Solís del Partido Acción Ciudadana (PAC) y sin posibilidad de facilitar en los medios tradicionales confrontaciones populares como los que propician los debates televisivos y el proselitismo.
Los debates se cancelaron y la publicidad fue escasa . Sin embargo, pese a que los signos externos tradicionales y la posibilidad de animar la campaña mediante confrontaciones tradicionales en medios de comunicación fue casi nula, el politógolo Daniel Matul destacó que la calidez se ha mantenido en redes sociales, en donde los partidos, y especialmente el PAC ha sostenido un paso firme y sus seguidores también.
"Uno revisa el crecimiento de él (Solís) y a nivel de los medios tradicionales la campaña pareciera muy fría, pero en las redes sociales si se siente el movimiento", comentó Matul.
El profesor de la Universidad de Costa Rica considera que hubo un traslado importante hacia una "calidez distinta" que no se traduce en debates en medios de comunicación o tradicionales, pero la gente está reafirmando que está metida en la contienda.
Hasta hoy miércoles, último día de la campaña, el movimiento continúa en redes sociales, donde tanto el PLN como el PAC envían constantes mensajes a los seguidores en sus cuentas de Facebook y Twitter. En el caso de Solís, registra en su cuenta de Facebook 339.370 seguidores, mientras Araya tenía 246.675. En Twitter, Solís también aventaja con 31.300 seguidores ante los 22.600 que tiene Araya.
Por su parte, para el politólogo Constantino Urcuyo, no hubo campaña en esta segunda ronda y Solís se empleó en darle mantenimiento al triunfo y en tratar de llegar al millón de votos.
El analista político Ricardo Lizano resaltó que la falta de competencia dejó ayuno el debate de ideas, limitando la campaña de Solís a exaltar la emotividad por el voto, con miras a lograr la mayor cantidad de votos y solidez posible y dejando una impresión de una elección resuelta, pero sin estarlo.