El gobierno de Estados Unidos entró en un cierre parcial este miércoles 1 de octubre, luego de que el Congreso no lograra un acuerdo presupuestario.
Este es el primer shutdown en casi siete años y amenaza con recortar 0,2 puntos porcentuales del PIB estadounidense por semana, con potenciales repercusiones para la economía de Costa Rica.
Batalla política frena a la administración federal
La falta de consenso entre los republicanos, liderados por el presidente Donald Trump, y la oposición demócrata, ha provocado la paralización de múltiples agencias y departamentos federales. La disputa central radica en la exigencia demócrata de restituir fondos para programas de salud, como el Obamacare, a lo que los republicanos se oponen.
Para aprobar las leyes presupuestarias en el Senado se requieren 60 votos, pero el partido de Trump no cuenta con los apoyos necesarios, a pesar de tener la mayoría. Como resultado, cientos de miles de empleados federales se enfrentan a un desempleo parcial, con una pérdida de ingresos estimada en $400 millones diarios.
Los efectos del cierre ya son visibles:
- La NASA anunció en su portal web el cese de operaciones por la interrupción del financiamiento.
- Varias embajadas estadounidenses limitaron sus comunicaciones a temas de seguridad urgentes.
- Los parques nacionales se quedarán sin guardaparques en plena temporada turística de otoño.
- El tráfico aéreo y el pago de ayudas sociales podrían sufrir fuertes perturbaciones.
La Casa Blanca y los líderes de ambos partidos se culpan mutuamente por la parálisis. Trump ha amenazado con medidas “irreversibles”, incluyendo despidos masivos, mientras que los demócratas acusan a los republicanos de no querer proteger la atención médica de los ciudadanos.
¿Cuál es el impacto para Costa Rica?
Aunque el cierre de gobierno de Estados Unidos es un asunto de política interna, sus efectos económicos pueden sentirse a nivel global, y Costa Rica no es la excepción. Siendo Estados Unidos el principal socio comercial del país, una desaceleración de su economía representa un riesgo directo.
El impacto podría manifestarse en varios frentes:
- Exportaciones: Una reducción en el poder adquisitivo de los consumidores y empresas estadounidenses podría disminuir la demanda de productos costarricenses, afectando a sectores clave como el de dispositivos médicos, el agrícola y otros bienes de exportación.
- Turismo: Estados Unidos es el principal emisor de turistas hacia Costa Rica. La incertidumbre económica y la posible afectación en la renta de los hogares podrían desincentivar los viajes, impactando negativamente al sector turístico nacional.
- Inversión Extranjera Directa (IED): Una crisis prolongada en EE. UU. podría generar cautela en los inversionistas, llevando a una posible ralentización de nuevos proyectos de inversión en el país.
- Tipo de cambio: La inestabilidad podría generar volatilidad en los mercados financieros internacionales, lo que podría tener un efecto en el tipo de cambio del colón frente al dólar.

Analistas de la aseguradora Nationwide estiman que cada semana de cierre podría reducir el crecimiento del PIB de Estados Unidos en 0,2 puntos porcentuales. El último shutdown (2018-2019), que duró 35 días, le costó a la economía estadounidense $11.000 millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
Preguntas Frecuentes
¿Qué es un cierre de gobierno o “shutdown” en Estados Unidos? Es la paralización de los servicios gubernamentales considerados “no esenciales” cuando el Congreso no logra aprobar la legislación de financiamiento para las agencias federales. Los empleados de estas agencias son enviados a casa sin goce de sueldo hasta que se resuelva el impasse.
¿Cuánto podría durar este cierre de gobierno? Es incierto. La duración depende de que los políticos republicanos y demócratas lleguen a un acuerdo. El cierre más largo de la historia fue de 35 días, entre 2018 y 2019, también durante la administración de Donald Trump.
¿Cómo afecta directamente a los ciudadanos estadounidenses? Puede provocar retrasos en servicios como la emisión de pasaportes, el cierre de parques nacionales y museos, la interrupción de ciertas inspecciones de seguridad y la suspensión de pagos a contratistas federales. Los empleados federales afectados dejan de recibir su salario, impactando la economía local.