
Si Costa Rica quiere desarrollar un parque agroindustrial en alguna zona de menor desarrollo para apoyar a los agricultores, generar empleo y reducir la pobreza, tiene que impulsar más producción que cumpla las necesidades de las empresas que se instalen, lo que en la actualidad no ocurre.
Así lo concluyen expositores que participaron este jueves en el Congreso Nacional de Zonas Francas: "Dinamizador de la Economía", en el Hotel Real Intercontinental.
El tema de sacar a las empresas de la Gran Área Metropolitana es una discusión constante en los diversos sectores del país e incluso es una recomendación que han hecho organismos de desarrollo como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el mismo Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Jaime Granados, especialista senior en Inversión y Comercio del BID, dijo que lo ideal es que el país apueste por llevar este tipo de parques a las áreas rurales para ayudar a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) dedicadas a la agricultura.
De esta forma su producto podrá ser procesado y beneficiado con valor agregado, tanto para consumo interno como para exportación.
Pero el desafío de los gobiernos no es solo apoyar una mayor producción agrícola que responda a esas necesidades, sino impulsar los encadenamientos productivos para que las empresas que se instalen bajo el régimen de zona franca compren más insumos locales y no se vean en la necesidad de importarlos.
Aunado a esto, el país tiene otros retos como completar estudios de prediseño del parque y tener claro el interés de los empresarios que quieren explotar ese terreno, a fin de que otras empresas se sumen a las compañías consideradas ancla.
"La infraestructura física debe ser acorde para el procesamiento agroindustrial, empaquetado y apoyo logístico para la exportación. Hay que dar todos los servicios y por supuesto contar con mano de obra calificada", dijo Granados.
Costa Rica tendría que velar para que el parque agroindustrial tenga una estructura tecnológica no solo con plantas de tratamiento, sino invertir más en demanda de productos ambientales y certificados, para los productos de exportación.
El representante del BID insistió en que es necesario un régimen tributario simple y competitivo para favorecer asociaciones público privadas para que con ese incentivo las empresas amorticen la inversión.
A esto se une la necesidad de que el parque cuente con la ventanilla única de comercio exterior y otra de inversión en línea, enfocar la promoción de exportaciones desde parque agroindustrial, impulsar más programas de desarrollo de proveedores para democratizar el acceso al comercio internacional y apoyar a las pymes para que se beneficien.
Además se requiere de una inspección sanitaria pre-embarque y acceso a paquetes tecnológicos.
"Hay que hacer un análisis de factibilidad como posición estrategia global, desarrollo de rutas comerciales principales, tamaño del país, costos de carga, accesibilidad general, costo y disponibilidad de tierras, costo de mano de obra, estabilidad política, impuestos y subsidios, reglamentación de aduanas, solidez del sistema de inversión y del comercio internacional", señaló Granados.
Por su parte, Arturo Condo, rector del Incae, dijo que hay que definir bien el modelo de las empresas que se quieren traer y plantearnos si el empleo que queremos es para hoy o si es para que se quede mañana.
"En los parques de menor desarrollo no hay recetas, pero tiene que participar gobierno, sector privado y sociedad civil para ir analizando las oportunidades que tiene el país. La participación tiene que ser de todos", dijo Condo.