Costa Rica salió en defensa de su industria médica ante el gobierno de Estados Unidos, al participar en la consulta pública abierta por Washington sobre la importación de dispositivos médicos. El país sostuvo que sus productos representan un “pilar indiscutible de la seguridad nacional” estadounidense.
En medio de los vaivenes de la política arancelaria, la administración de Donald Trump evalúa el impacto que tienen las importaciones de dispositivos médicos sobre la seguridad nacional, a través de la investigación amparada en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962. Este proceso abarca importaciones de equipos de protección personal, consumibles médicos y equipos médicos, incluidos los dispositivos.
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La posibilidad de imponer un arancel adicional sobre ese tipo de mercancías sigue abierta si Washington determina que tales productos constituyen una amenaza. Un escenario así resultaría especialmente adverso para Costa Rica, cuyas exportaciones ya enfrentan un gravamen del 15%, superior al de la mayoría de sus competidores, que pagan en promedio un 10%.
Ante esa coyuntura, el ministro de Comercio Exterior (Comex), Manuel Tovar, solicitó al Departamento de Comercio de EE. UU. un “trato libre de aranceles o una excepción a cualquier medida derivada de esta investigación de la Sección 232”. La petición se formalizó mediante la consulta pública.
La solicitud del ministro no es para menos: en la industria de equipo médico y de precisión descansa casi la mitad del motor exportador del país. Solo entre enero y agosto de este año, el 68% de la producción del sector tuvo como destino el mercado estadounidense, lo que equivale a $4.957 millones.
Las alianzas de confianza, la mejora de la competitividad estadounidense y fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro estadounidense son las tres razones que desarrolló Tovar como argumentos para evitar una escalada arancelaria sobre Costa Rica.

1. Contribución para que EE. UU. recupere la salud mediante alianzas de confianza
Tovar argumentó que “las exportaciones de dispositivos médicos de Costa Rica garantizan un acceso confiable a productos esenciales para la salud, contribuyen a la resiliencia de la cadena de suministro y provienen de un socio regional aliado que fortalece la seguridad nacional de Estados Unidos”.
El ministro apeló a la cercanía geográfica y a la condición del país como “proveedor confiable” para destacar que Costa Rica ofrece plazos de entrega cortos, una logística ágil y una cadena de suministro segura y estable.
“Durante la pandemia de Covid-19, las empresas costarricenses mantuvieron una producción y exportación ininterrumpidas, respaldadas por una base industrial consolidada, una sólida coordinación institucional y un cumplimiento normativo equivalente a los estándares estadounidenses”, indicó Tovar.
De acuerdo con los datos aportados por Comex, las exportaciones de dispositivos médicos hacia EE. UU. crecieron un 39% entre 2020 y 2021, en plena crisis sanitaria mundial. Para la institución, ese desempeño demuestra la capacidad del país de sostener el flujo de suministros esenciales incluso en contextos de disrupción global.
El cumplimiento de estándares de calidad internacionales y estadounidenses, junto con un entorno político y regulatorio estable, son factores que —según la cartera— refuerzan la posición de Costa Rica como un aliado confiable para el sistema de salud y la seguridad nacional de Estados Unidos.

2. Mejora de la competitividad de la industria estadounidense
El jerarca de Comex mencionó que la industria de dispositivos médicos costarricense opera bajo un modelo de negocio complementario, ya que las actividades de investigación y desarrollo (I+D) se mantienen en EE. UU. “Costa Rica sirve como una plataforma eficiente y confiable que permite a las empresas estadounidenses reinvertir sus ahorros en I+D e innovación desde sus sedes, fortaleciendo así su competitividad global y liderazgo tecnológico”.
Otro aspecto en el que se respalda el discurso sobre la mejora de la competitividad de la industria es que las empresas estadounidenses que operan en Costa Rica “exportan $2.200 millones en condiciones preferenciales” a destinos como Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Canadá y el Reino Unido, entre otros.
3. Fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro estadounidense y reducir la dependencia de proveedores distantes
En su defensa, las autoridades nacionales insistieron en que la cercanía geográfica y la estabilidad del país reducen los riesgos y vulnerabilidades asociados a la dependencia de proveedores lejanos. Las instalaciones donde operan las empresas, junto con el cumplimiento de estándares internacionales, fueron señaladas como pilares que fortalecen la resiliencia de la cadena de suministro estadounidense.
“En el centro de esta dinámica se encuentra un sistema de producción complementario donde la mayoría de los insumos se originan en Estados Unidos y se transforman localmente en Costa Rica. Esta trayectoria demuestra que el ecosistema de dispositivos médicos de Costa Rica complementa eficazmente los esfuerzos de la industria estadounidense en el mercado estadounidense. Permite a EE. UU. contar con un socio confiable, cercano y seguro en el hemisferio occidental”, agregó Tovar.
En la carta enviada por Comex también se destacó la relación comercial establecida bajo el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (CAFTA-DR). Bajo ese acuerdo, el intercambio comercial estuvo sujeto a una reducción escalonada del arancel que en 2025 llegó al 0%; sin embargo, el libre comercio fue breve tras la imposición arancelaria de la administración Trump.
La posición de Costa Rica busca dejar claro que su papel en la cadena de suministro médica no es una vulnerabilidad, sino una ventaja estratégica para EE. UU.

Posición del Colegio de Ciencias Económicas
En el portal regulations.gov figuran todos los comentarios enviados al Departamento de Comercio de EE. UU., entre ellos los del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica. La entidad sostiene que los aranceles no son la mejor herramienta para proteger la seguridad ni la salud de los estadounidenses.
El Colegio presentó cinco argumentos clave para sustentar su postura:
- Subida de costos: Los aranceles encarecerían los dispositivos médicos para los pacientes y, de manera indirecta, aumentarían los costos para hospitales, aseguradoras y otros proveedores de servicios.
- Impacto en las operaciones estadounidenses: La imposición de gravámenes podría afectar en algún momento a las empresas estadounidenses, contradiciendo los objetivos del Gobierno.
- Alternativas más eficientes: Otras medidas, como auditorías aleatorias de los equipos importados, podrían ser más efectivas y tener menor impacto en la salud y bienestar de la población.
- Confianza estratégica: Costa Rica no es solo un socio comercial; también ha demostrado ser un aliado confiable en otras áreas políticas. Castigar su capacidad productiva, advierte el Colegio, aumentaría riesgos estratégicos en el hemisferio.
- Especificidad de los dispositivos médicos: Aplicar aranceles a estos productos no equivale a gravar otros bienes. Existen preocupaciones sobre cómo podrían afectar la seguridad sanitaria y sobre la posible reubicación de empresas, que no necesariamente se limitaría a Estados Unidos.
Con estos argumentos, el Colegio de Ciencias Económicas subraya que imponer aranceles podría generar efectos negativos tanto en la salud pública como en la estabilidad del comercio con socios confiables, poniendo en riesgo la continuidad de la cadena de suministro regional.