De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Discapacidad del INEC (Enadis) hecha en 2023 y publicada en 2024, se estima que el 17,2% de las personas de 18 años o más en Costa Rica se encuentran en situación de discapacidad, lo que equivale aproximadamente a 670.000 personas adultas.
De ese total, un 40,7% tiene trabajo, mientras que el resto está desempleado o fuera de la fuerza laboral. Si se aplica ese 40,7% a las cerca de 670.000 personas con discapacidad, solo alrededor de 270.000 se mantienen ocupadas en el país.
La encuesta evidencia discrepancias aún mayores cuando se desglosan los datos por género y grado de discapacidad, pues únicamente el 32,1% de las mujeres con discapacidad están empleadas, en contraste con el 52,4% de los hombres.
Estas brechas se intensifican en el ámbito educativo. La Enadis calcula que dentro de la población que vive con discapacidad, solo el 13,5% se gradúa de secundaria.
Tras observar las estadísticas desfavorables en torno a la empleabilidad de las personas con discapacidad en Costa Rica, El Financiero analizó programas específicos de diversas empresas que tienen como objetivo contratar e incluir a esta población dentro de sus planillas.
Sector público
En materia de empleo público, la Política Institucional de Inclusión y Protección Laboral de las Personas con Discapacidad, en cumplimiento de la Ley N.° 8862, obliga al Estado a reservar un 5% de sus plazas vacantes para esta población.
Sin embargo, según el Informe Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible 2024, la realidad es que la mayoría de las personas con discapacidad labora en el sector privado.
Los datos del informe enfatizan que el sector público avanza de forma lenta en el cumplimiento de sus metas, pues la mayoría de instituciones se mantiene por debajo de los porcentajes deseados.
A raíz de esta brecha, el peso del empleo recae principalmente en el sector privado, que termina siendo el principal espacio de inserción laboral para esta población.
La licenciada Gabriela Campos, coordinadora del Programa Institucional de Inclusión de Personas con Discapacidad Cognitiva a la Educación Superior (Proin), dijo al respecto en una entrevista para la Vicerrectoría de Acción Social de la UCR, que “persisten verdaderas barreras para lograr la inclusión”:
“Entre ellas, la falta de concientización de los entes gubernamentales, la ausencia de una educación de calidad que potencie las oportunidades laborales y su abordaje como un ‘problema’, lo que limita el disfrute de los derechos garantizados en la Constitución Política y la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Asimismo, según un análisis realizado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España (ODISMET) y por la Fundación ONCE —basado en la Enadis 2024—, la dificultad del sector público para cumplir con la Ley N.° 8862 responde a diversas razones entre las que destacan el congelamiento de plazas debido a políticas de control del gasto público, la falta de presupuesto y la escasez de vacantes disponibles.
El escenario también se complica por los registros desactualizados de personas oferentes con discapacidad, por la ausencia de comisiones internas activas e, incluso, por la persistencia de barreras actitudinales y de accesibilidad dentro de las instituciones.
Retos al contratar
Tomando en cuenta ese rezago público, EF analizó los desafíos que enfrentan aquellas empresas que sí cumplen o desean cumplir con criterios de inclusión en sus planillas.
Según un estudio realizado por el académico de la Universidad Nacional, Héctor Canossa, y en el que participaron 381 empresas inscritas en el Directorio de Empresas y Establecimientos de Costa Rica, el 79% de estas consideró un reto la falta de puestos laborales que ofrecen condiciones aptas para ser desempeñados por una persona parte de esta población.
El estudio evaluó los retos que las compañías consideran que existen al contratar personas con discapacidad y destacó, además del dato anterior, que el 56% señala que la inversión en adaptaciones físicas es un reto para la inclusión laboral.
Un 44% de los encuestados también mencionó la necesidad de cambios en los procesos de reclutamiento y selección para adaptarlos a estas poblaciones y un 38% valoró como un desafío el enfrentarse a barreras actitudinales derivadas de prejuicios.
Otros retos señalados fueron: la falta de capacitación del personal (21%), las barreras arquitectónicas y físicas (18%) y la falta de acceso a tecnologías de apoyo (15%).
“Hay desconocimiento en las empresas sobre los beneficios de contratar personas con discapacidad, no se percibe que el Gobierno y entidades públicas promuevan la inclusión por falta de acciones tangibles y para las empresas es relevante el cumplimiento de los perfiles de puesto y la inversión en adaptaciones físicas”, dice Canossa en sus conclusiones. “Se requiere una mayor comunicación”, agregó.
Recomendaciones de personas con discapacidad
El estudio entrevistó a tres personas con discapacidad que en ese momento se encontraban empleadas. Estas aportaron recomendaciones para el sector empresarial, entre las que destacaron la necesidad de capacitar en todos los niveles —principalmente en los gerenciales, donde se toman las decisiones de contratación— y ajustar los perfiles de los puestos para hacerlos inclusivos.
Además, sugirieron incentivar una visión de las adaptaciones como una inversión y no como un gasto, mediante la promoción, participación y escucha activa de las personas con discapacidad, quienes —según los entrevistados— son quienes conocen de primera mano sus necesidades.
En cuanto a los procesos de gestión del talento humano, mencionaron la necesidad de mejorar el acceso a la información para que sea más inclusiva, con ejemplos como el uso de Braille. También invitaron a las empresas a “perder el miedo, animarse y capacitarse”, ya que la inclusión puede generar beneficios de imagen interna, motivación y promoción de valores.
Asimismo, recomendaron informarse sobre los avances tecnológicos, que constantemente presentan mejoras útiles para las personas con discapacidad y para las propias empresas.

A nivel país, indicaron la importancia del cumplimiento eficaz de la legislación, incluso si se debe aplicar sanciones a las empresas que no la cumplan.
También destacaron la necesidad de aprovechar tecnologías de información y comunicación, aplicar iniciativas como el teletrabajo —considerando las barreras de movilidad— e investigar a las empresas con experiencia en inclusión laboral para aprender de ellas.
Empresas con políticas de inclusión
En el campo de las empresas que cuentan con políticas de inclusión para personas con discapacidad destacan compañías como McDonald’s, Taco Bell y Walmart.
Las primeras cuentan con programas de contratación específicos para personas con discapacidades físicas, cognitivas y auditivas.
Así las cosas, McDonald’s Costa Rica cuenta actualmente con alrededor de 50 colaboradores con discapacidad, de las cuales el 60% son hombres y el 40% mujeres.
Un ejemplo de la labor de la empresa es la historia de Luis Gustavo López, quien vive con parálisis cerebral infantil y encontró en McDonald’s la oportunidad que durante años buscó sin éxito.
Tras múltiples entrevistas sin obtener respuesta, asegura que fue McDonald’s quien finalmente confió en su talento:
“Cuando me llamaron para trabajar aquí fue una alegría enorme. Había hecho muchas entrevistas y aplicado a muchos trabajos, pero McDonald’s fue el único que me abrió las puertas para crecer como persona. Desde el primer día me recibieron como uno más del equipo. Ningún trabajo es fácil, pero uno sabe sus límites. Este trabajo ha desarrollado en mí capacidades que yo no sabía que tenía; aquí vieron mi potencial, mi carisma y mis ganas de aportar”, afirmó.
Para casos como este McDonald’s ha implementado un proceso que inicia desde la contratación. En alianza con la fundación Yo Puedo, ¿Y Vos?, se identifican los puestos más adecuados para cada tipo de discapacidad, asegurando que cada persona pueda desempeñarse según sus habilidades, fortalezas y necesidades.

Además, la empresa busca que todo el personal esté orientado a fortalecer la empatía, la convivencia y la integración efectiva de personas con discapacidad. Por ello, cada vez que se da un ingreso nuevo, se imparten capacitaciones proporcionadas por la fundación.
Asimismo, McDonald’s Costa Rica se incorporó al “Foro Por Talento”, una iniciativa impulsada por la Fundación ONCE y replicada en el país gracias a CONAPDIS y a diversas organizaciones públicas y privadas. Este espacio busca fortalecer la empleabilidad de las personas con discapacidad así como promover entornos laborales más inclusivos y sostenibles.
Por su parte, Taco Bell suma 19 años desde la puesta en marcha de su programa “Inclusión Sin Límites”. Esta iniciativa ofrece oportunidades laborales en sus restaurantes a personas con discapacidades físicas, cognitivas y auditivas.
Actualmente, el programa está integrado por decenas de jóvenes con discapacidad, quienes se desempeñan en áreas como cajas, cocina, servicio al cliente y limpieza.
Walmart, por otro lado, mantiene el programa “Talento con Discapacidad”, que ofrece oportunidades en áreas como auxiliares, cajas y bodega. Además, ha desarrollado actividades como la feria de empleo realizada el año anterior en su sede de Curridabat, dirigida exclusivamente a personas con discapacidad.
Esta iniciativa forma parte del programa Martes de Oportunidades que elimina los requisitos académicos tradicionales y prioriza las habilidades blandas y la disponibilidad de horarios como criterios de reclutamiento.
En conjunto, las cifras de la Enadis 2024 y los datos encontrados dibujan un panorama en el que la empleabilidad de las personas con discapacidad avanza de forma desigual.
Mientras el sector público continúa rezagado en el cumplimiento de sus obligaciones, el sector privado asume la mayor parte de la inserción laboral de las personas con discapacidad, no exento de limitaciones estructurales y operativas.
Sin embargo, los programas de empresas que ya incorporan talento con discapacidad muestran que existen modelos aplicables y experiencias que pueden servir de referencia para ampliar las oportunidades de esta población en el país.
“La inclusión laboral de personas con discapacidad es un tema no solo de derechos sino también de ética y acciones concretas. Queda mucho por mejorar, se deben continuar haciendo estudios, generando estadísticas y describiendo el fenómeno de inclusión, mostrando el problema y la realidad del mismo para crear conciencia, e indudablemente el principal cambio empieza por nosotros aportando para ser una sociedad más inclusiva y respetuosa, promoviendo la calidad de vida y, así, el desarrollo de las empresas y los países”, concluye el estudio de Canossa.