El veterano político estadounidense Joe Biden consiguió la nominación presidencial del Partido Demócrata en junio, tras superar a un diverso y numeroso grupo de rivales.
Una de ellas, Kamala Harris, se convirtió en su compañera de fórmula el pasado 11 de agosto.
La campaña de Biden-Harris apunta ahora todos los dardos a su oponente republicano, el presidente Donald Trump, presentándose para las elecciones del 3 de noviembre.
Pero la pandemia de coronavirus ha trastornado las campañas de ambos bandos, forzando cambios sin precedentes en la forma en que Biden y Trump compiten por la Casa Blanca.
Estos son los principales hitos en las elecciones 2020 de Estados Unidos:
Las primarias
Un número récord de 28 candidatos ingresó a la carrera demócrata, participando en una docena de debates partidarios sobre política, ideología, experiencia y aptitud para el cargo.
La temporada fuerte comenzó en febrero de 2020 con contiendas en Iowa y New Hampshire. Biden flaqueó mucho al principio, pero se recuperó para asegurar la nominación ante rivales destacados, como los senadores Bernie Sanders, Elizabeth Warren y la propia Harris.
17-20 de agosto: Convención Nacional Demócrata
Después de una intensa campaña de 18 meses, el Partido Demócrata debe nominar formalmente a la fórmula Biden-Harris en su convención nacional.
La cita estaba originalmente programada para julio en Milwaukee, Wisconsin, uno de los estados de voto pendular, en los que tanto demócratas como republicanos pueden ganar. Pero la pandemia obligó a postergarla y a hacer cambios dramáticos.
Ahora el tradicional gran encuentro político será completamente virtual, una novedad para una nación acostumbrada al espectáculo cuadrienal.
La gran pregunta: ¿Podrán los demócratas inspirar a los votantes con un evento que carece de la emoción, el patriotismo y la espontaneidad de una convención en persona?
24-27 de agosto: Convención Nacional Republicana
Trump enfrenta las mismas limitaciones y desafíos una semana después, y los republicanos estarán atentos a la fiesta demócrata en busca de pistas sobre qué funciona y qué no en un entorno 'online'.
La convención republicana se había fijado para Charlotte, Carolina del Norte, pero cuando el gobernador demócrata del estado se negó a garantizar un evento presencial masivo ante la eventual propagación de la covid-19, Trump lo trasladó a Jacksonville, Florida.
Finalmente, Trump desechó la idea de una investidura concurrida y, según ha dicho, planea pronunciar su discurso de aceptación desde la Casa Blanca.
29 de septiembre: Primer debate presidencial
Trump y Biden deberían enfrentarse en un escenario durante tres debates de 90 minutos televisados a nivel nacional, el primero en Cleveland, Ohio, el 29 de septiembre, cinco semanas antes de las elecciones.
Los otros dos están programados para el 15 de octubre en Miami, Florida, y el 22 de octubre en Nashville, Tennessee.
Los organizadores rechazaron el llamado de Trump para un cuarto evento más temprano para permitir que los estadounidenses que votan anticipadamente por correo tengan la oportunidad de ver un choque entre ambos candidatos antes de emitir sus votos.
El vicepresidente Mike Pence y la compañera de fórmula de Biden, Harris, tienen programado un único debate en Utah el 7 de octubre.
3 de noviembre: Día de las elecciones
Bajo la atenta mirada del mundo, millones de votantes estadounidenses irán a las urnas para elegir al próximo ocupante de la Casa Blanca.
Sin embargo, cobra fuerza la batalla por la votación por correo, opción que se espera que los estadounidenses utilicen mucho más este año por la pandemia.
Trump reconoció abiertamente esta semana que restringir el Servicio Postal de Estados Unidos, incluida la privación de recursos en el período previo a las elecciones, afectará el voto por correo.
El presidente ha dicho repetidamente que la votación por correo, que teme favorecería a Biden, llevará a un fraude masivo, una afirmación que no está respaldada por ninguna evidencia de los estados que ya la ofrecen.
20 de enero de 2021: Día de la toma de posesión
Trump prestará juramento para un segundo mandato o Biden pondrá fin a una presidencia turbulenta y asumirá el cargo en la escalinata del Capitolio de Estados Unidos para convertirse en su presidente número 46.
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Trump pierde terreno entre los jubilados de Florida, claves para su victoria
Jim Farr, de 77 años, es un sólido republicano de Florida, un estado cálido donde se vienen a retirar jubilados de todo Estados Unidos. Le disgusta la idea de votar por un candidato demócrata. Pero le da más miedo reelegir al presidente Donald Trump.
Retirado en Kissimmee, en el centro de Florida, Farr es devoto cristiano y cree en un "capitalismo compasivo" como modelo económico. En otras palabras: el partido Republicano no ha perdido un simpatizante. Pero Trump sí.
"A él no parece importarle la verdad, y la verdad es muy importante para mí. Él no contrasta los hechos", dice Farr, decepcionado del presidente que eligió en 2016.
También se siente frustrado por la política internacional de Trump y por el "orgullo" que le impide escuchar a sus asesores, algo que se hizo patente con el coronavirus.
Cuando Trump se dio a sí mismo una nota de "10 sobre 10" en la gestión de la pandemia, Farr pensó que eso "era un chiste, si fuera divertido. Pero no es".
Cree que hizo bien algunas cosas, como limitar los vuelos internacionales, pero "no parece tener un plan coherente" para combatir el virus.
La suma de todo esto catapultó lo inconcebible.
Probablemente votará en noviembre por Joe Biden, quien será nombrado el candidato demócrata en la convención del partido que arranca el 17 de agosto. Después de todo, el exvicepresidente "parece ser una persona aceptable".
Le produce menos aprensión votar por un candidato que según él apoya el "asesinato de bebés", como se refiere al aborto, que ver a "Trump haciendo todo por su cuenta, poniendo su propia agenda por delante de la del país".
La pandemia cambió Florida
Farr no está solo. Algunos indicios sugieren que cada vez más jubilados de Florida que votaron por Trump están considerando abandonarlo en noviembre.
Las encuestas muestran una leve ventaja de Biden sobre Trump en esta franja etaria, aunque no demasiado significativa: tres puntos porcentuales, según un sondeo de Quinnipiac del 23 de julio.
"Hay humo que sugiere que algunas personas podrían recurrir a Biden. Particularmente en torno a su manejo del covid-19", comenta Michael Binder, profesor de ciencias políticas de la Universidad del Norte de Florida.
Es un problema serio para Trump, porque este es el grupo demográfico que le dio la victoria en 2016 en Florida. Entonces, 57% de las personas de más de 65 años votó por él.
El otro problema del presidente es que ellos, sus seguidores más fieles en Florida, son precisamente los más afectados por el coronavirus.
El 20,5% de los 21 millones de floridanos tienen más de 65 años: es históricamente el estado con la mayor proporción de ancianos del país.
Y el virus ha matado aquí a más a casi 9.000 personas. El 83% de ellas mayores de 65 años, según el Departamento de Salud.
Randy Pestana, experto en política electoral de la Universidad Internacional de Florida (FIU), cree que el cambio de timón hacia Biden "es una tendencia" y que la pandemia es definitivamente un factor.
Las personas más vulnerables a la covid-19 "están comenzando a ver que la respuesta no ha sido buena, la economía no está bien y su jubilación tampoco está bien", dice Pestana a la AFP.
“Y, oh, por cierto, su salud está realmente en riesgo”.
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Trump necesita Florida
Además, "muchos republicanos que votaron por Trump están hartos. Todos los días es algo nuevo, todos los días otro tuit...", añade Pestana.
El congresista demócrata Ted Deutch, que representa en Washington uno de los distritos de Florida con más concentración de jubilados, dice a la AFP que "las políticas de Donald Trump han sido desastrosas en cada uno de los asuntos que les importan a los ancianos".
Además, "su fracaso en la respuesta a la pandemia ha resultado mortal para los estadounidenses mayores".
Las elecciones en el "estado del Sol", donde es imposible predecir hacia qué lado oscilará la balanza, suelen decidirse por márgenes mínimos que mantienen a la nación en vilo.
Por eso, cada voto cuenta y las deserciones, aunque sean pocas, pueden ser muy relevantes. Nadie olvida que, en el año 2000, una diferencia de 537 votos envió a George W. Bush a la Casa Blanca en su batalla contra el demócrata Al Gore.
"No esperaría un éxodo masivo de jubilados republicanos blancos [en Florida], pero incluso un pequeño cambio podría afectar el resultado", dice Binder.
Y, debido al intrincado sistema electoral de Estados Unidos, Trump necesita los 29 votos electorales de Florida para mantenerse en el poder.
No obstante, la campaña de Trump confía en la fidelidad de sus seguidores. Ken Farnaso, su subsecretario nacional de prensa, asegura a la AFP que “el presidente lidera un partido entusiasta y unido”.