El barrio de Los Yoses, en San Pedro de Montes de Oca, está paulatinamente atrayendo a más comercios y negocios gastronómicos. Si bien el bulevar es la cara más conocida, algunas calles al sur empiezan a recibir nuevos establecimientos.
La convivencia en el barrio es, hasta el momento, pacífica entre residentes y comerciantes, pero un posible cambio en el uso de suelo podría atraer a más comercios de distinto tipo y, así, amenazar la tranquilidad que aún caracteriza a Los Yoses.
La asociación de vecinos tiene claro que quiere evitar convertirse en un nuevo barrio Escalante y está en pie de lucha para defender el vecindario que desean para el futuro.
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¿Qué está pasando?
Los Yoses está tomando un ritmo comercial a su estilo propio. Los locales que se están ubicando en sus calles son, en su mayoría, más pequeños y menos masivos que los de Escalante.
Para William Muñoz, corredor de bienes raíces de Del Escalante Real Estate, una agencia especializada en barrios del este de San José, el atractivo comercial creciente de Los Yoses responde a un crecimiento lógico, un efecto secundario de Escalante, tras la saturación que vive este barrio josefino.
Un ejemplo de ello es la cafetería Klika, que cumplirá en diciembre tres años de haber abierto en Los Yoses. Su propietario, Andrés Cruz, comentó que la elección de esa ubicación respondió a dos motivos: la presencia previa de otros restaurantes que apuntan a un público similar y la cercanía a Escalante, sin estar necesariamente en ese barrio.
“No queríamos estar en Escalante por un tema de costos y saturación. Estar en Los Yoses es estar juntos pero no revueltos”, comentó Cruz, quien criticó que la propuesta inicial de Escalante como un sitio bohemio ha perdido valor, por lo que el empresario cree que Los Yoses está tomando ese lugar.
En los años recientes se han instalado en Los Yoses otros restaurantes como la cafetería y panadería Cumpanis, La 45, Terraza del Vino o la Plaza Vivo.
Además, el barrio es casa del restaurante Sikwa, que lleva varios años catalogado como el mejor de Costa Rica y uno de los 100 mejores de Latinoamérica; también tiene una entidad cultural, el Instituto de México; y acoge la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Otro factor que juega a favor de Los Yoses es que las propiedades son más grandes y más modernas que las de Escalante, contó Muñoz. Aunque en Los Yoses aún no se ve el éxodo de residentes tradicionales, sí empiezan a verse algunos inmuebles a la venta.
Los compradores aprovechan que existen precios más bajos que en Escalante debido a que las propiedades tienen, por ahora, poco aprovechamiento comercial, por lo que es un buen momento para adquirir en Los Yoses como una inversión a futuro. El metro cuadrado se cotiza entre $600 y $700, aunque tras una negociación es usual terminar pagando menos.

No obstante, Muñoz indicó que Los Yoses tiene problemas con el desfogue de aguas. Cuando las lluvias son fuertes, algunas calles del vecindario son propensas a inundarse. Situación que también afecta al conexo barrio Dent.
A pesar de ello, Cruz y Muñoz creen que el movimiento comercial en Los Yoses seguirá creciendo, alimentado por los nuevos habitantes que traerán varias torres de apartamentos que se construyen alrededor.
La junta de vecinos de Los Yoses, que existe desde hace más de diez años, reconoce que se aproxima una presión comercial y urbanística y están anuentes a recibir comercios que sean “buenos vecinos”, pero busca preservar la esencia residencial y cultural del barrio.
“Barrio Escalante perdió su esencia, hubo un desbordamiento de negocios”.
— Rubén Rosales, presidente de la asociación de vecinos de Los Yoses.
No obstante, hay un elemento que ha servido como un freno para la ebullición de comercios y es el plan regulador del cantón.
“Si bien es cierto va creciendo, siguiendo una línea como la de Escalante, en este momento es imposible que llegue a ser igual por las limitaciones del plan regulador”, comentó el especialista en bienes raíces.
Sin embargo, un cambio de este plan está en ciernes y de eso depende el futuro del barrio.

El debate del cambio de suelo
La Municipalidad de Montes de Oca está ejecutando una actualización de su plan regulador, proceso que tiene un valor de ¢200 millones y se lleva a cabo con la consultoría del consorcio Ecoplan-Hidrogeotecnia.
Entre los temas que recoge un plan regulador está el uso de suelo, que determina cuáles zonas de un municipio pueden dedicarse a comercio, residencias o usos mixtos, entre otros.
Según indicó la asociación de vecinos de Los Yoses, el gobierno local está proponiendo una flexibilización del uso de suelo en el barrio, lo que permitirá el establecimiento de más comercio y de diverso tipo, un tema que está abriendo un debate entre la entidad y los vecinos.
“Los Yoses no ha explotado porque el plan regulador lo está limitando”.
— William Muñoz, corredor de bienes raíces.
De acuerdo al plan regulador vigente, actualmente Los Yoses tiene tres usos de suelo que se observan en un mapa. El color rojo indica uso comercial, dentro del que está básicamente el bulevar que lleva el nombre del barrio.
El color rosado significa un uso mixto y este abarca las avenidas 8 y 10, principalmente. El resto del vecindario se encuentra dentro del uso “predominantemente residencial”, lo que quiere decir que no existe en esa zona el uso exclusivamente residencial.

La Municipalidad confirmó ante consulta de El Financiero que está analizando los posibles parámetros urbanos, la zonificación y los reglamentos que regirán el desarrollo territorial en todo el cantón y que, cuando concluya el periodo de sesiones participativas con diferentes comunidades, se contará con una visión más clara del panorama urbano y del margen de acción cantonal en cuanto al uso del suelo en Montes de Oca.
Rubén Rosales, presidente de la asociación de vecinos, contó que la propuesta municipal modifica la denominación común del uso de suelo, como la de residencial o mixto, por una numeración de transectos que va del 1 al 6, que va del más restringido al más permisivo.
De acuerdo con Rosales, en Los Yoses el plan propone transectos que van del 3 al 6, lo que abriría la puerta a una mayor explotación comercial del barrio.
“Como vamos a tener la mayoría de transectos en nuestro barrio, tenemos que tener una voz activa en cuanto al tipo de negocios y la altura que se van a permitir en cada uno. No queremos convertirnos en un barrio de torres de 33 pisos”, explicó el representante.
A pesar de que se le volvió a consultar, la Municipalidad no dio más detalles sobre la propuesta al cierre de esta nota.
El barrio deseado
Los vecinos tienen claro qué quieren y qué no quieren ver en el barrio. Las galerías de arte, los restaurantes, las cafeterías, tiendas y oficinas son bienvenidas. En la lista de los no deseados están bares que atraigan un público no acorde con el barrio, tampoco discotecas o casinos.
Aunque la asociación reconoce que la densidad poblacional debe aumentar y existe una presión inmobiliaria por la construcción vertical, quieren evitar a toda costa la construcción desmedida.
Las tres partes (junta de vecinos, Municipalidad y consorcio encargado de la formulación del plan regulador) se verán las caras en una nueva reunión a inicios de julio a la que la asociación llevará su contrapropuesta, tras la revisión del borrador del plan.
Además, propondrá la aplicación de otros canales que permitan una participación ciudadana más activa.
“Los vecinos no quieren irse, todo lo contrario, queremos fortalecer el barrio”.
— Rubén Rosales, presidente de la asociación de vecinos de Los Yoses.
La Municipalidad aclaró que no busca imponer criterios y por eso desarrolla sesiones con representantes comunales para tomar en cuenta las diferentes visiones en torno al modelo de barrio.
De esas sesiones y del futuro plan regulador depende ese delicado balance entre residentes y comercio en Los Yoses.