El análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentado este martes 3 de junio proyecta una desaceleración en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica, estimándolo en un 3,1% tanto para 2025 como para 2026.
El informe subraya que las tensiones comerciales globales y, de forma particular, un arancel impuesto por Estados Unidos a las importaciones de mercancías costarricenses, jugarán un papel crucial en este panorama.
Según el extracto del informe “OECD Economic Outlook, Volume 2025 Issue 1”, el crecimiento de las exportaciones costarricenses se debilitará en 2025, precisamente debido a dicho arancel estadounidense. Para 2026, se espera que este indicador clave se mantenga “moderado”, reflejando una demanda global contenida y costos comerciales más elevados.
Este entorno comercial adverso también tendría repercusiones en la inversión. La OCDE anticipa que la inversión privada “se suavizará” en 2025, como consecuencia de una “mayor incertidumbre en la política económica”, lo que afectará negativamente los flujos de inversión extranjera directa (IED).
El organismo también señala que la inversión pública permanecerá contenida debido a la falta de espacio fiscal.
El informe identifica riesgos significativos que podrían inclinar la balanza hacia un panorama menos favorable. Específicamente, menciona una “escalada de las tensiones geopolíticas o comerciales podría provocar disrupciones en el comercio y reducir aún más la demanda externa” para los productos y servicios costarricenses.
No obstante, la OCDE también vislumbra una posible vía de mejora. Señala que “esfuerzos renovados para profundizar la integración comercial podrían fortalecer las exportaciones netas”, ofreciendo un contrapeso a las presiones negativas identificadas.
En el contexto general de la desaceleración, el consumo privado también se moderaría, ya que una mayor incertidumbre impacta negativamente las decisiones de gasto y suaviza el crecimiento del empleo.
El informe también menciona otros factores de riesgo internos y externos para la economía costarricense, como el impacto potencial del aumento de la violencia en el turismo y la IED, y la exposición a riesgos cambiarios y de financiamiento externo debido al grado de dolarización de la economía.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero utilizando un sistema de inteligencia artificial.