El paro del transporte de carga internacional en las fronteras de El Salvador, por el cobro de $18 por inspección no intrusiva de cargamentos, arroja pérdidas millonarias según gremios empresariales.
Ante ello y al agravarse el aislamiento comercial del país por vía terrestre, que se prolonga desde la semana pasada, el Gobierno del presidente salvadoreño, Mauricio Funes, pidió hoy a la Asamblea Legislativa suspender por 180 días la conflictiva tasa.
Sin embargo, las inspecciones, que se hacen mediante rayos X, se mantendrán aunque el Parlamento levante el cobro, declaró a periodistas el ministro salvadoreño de Hacienda, Carlos Cáceres, tras presentar el proyecto de decreto en la Asamblea.
La medida, aprobada hace varios meses por el Parlamento, se aplica desde el pasado 6 de enero, pero el cobro es rechazado por los transportistas internacionales por considerar que no les corresponde a ellos el pago, sino a los importadores y exportadores dueños de los cargamentos.
Cáceres reconoció que es un sistema que tienen que pagar los empresarios y no los transportistas, y advirtió que a los empresarios sí se les va a cobrar por la inspección, que en sus primeros días permitió comprobar que los más grandes empresarios salvadoreños dicen que traen una cosa y pasan otra en sus cargamentos.
Cientos de tráiler se mantienen estacionados en las principales aduanas de El Salvador con Guatemala y Honduras, y alcanzan varios kilómetros en ambos lados de las fronteras.
La situación más grave se vive en La Hachadura (El Salvador-Guatemala) , donde desde el pasado viernes no hay tránsito de carga, transporte de pasajeros ni de vehículos particulares.
En El Amatillo (El Salvador-Honduras) hoy se interrumpió también el paso de particulares y autobuses, pues el de carga está parado desde el domingo.
La protesta abarca también la aduana de San Cristóbal, con Guatemala, y en otros dos pasos fronterizos hay menores problemas.
El paro afecta la carga con origen y destino en El Salvador, así como la que pasa por este país a travpes del corredor centroamericano entre Panamá y México, y ha generado preocupación en gremios empresariales de la región.
Cargamentos de productos perecederos, como frutas y hortalizas, ya se han echado a perder en las fronteras, al tiempo que escasean y se encarecen en los mercados locales, según diversas fuentes.
"Las pérdidas se reflejan en casi $5 millones diarios, que pueden ser más porque la pérdida no solamente es para el país, sino para todo Centroamérica" , dijo a periodistas el presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresarios de Transporte de Carga (Asetca), Nelson Vanegas.
Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, agregó que no se han cuantificado pérdidas y que ese monto diario no toma en cuenta el comercio regional que transita por El Salvador para ir a otros países.