En el último año, muchos países de América Latina vieron cómo los capitales del extranjero se movían con más cautela. Las inversiones nuevas no llegaron al mismo ritmo que antes y, en varios casos, las empresas ya instaladas fueron las que sostuvieron las cifras.
La región intenta mantener su atractivo en medio de un clima económico que todavía no despeja del todo.
Las señales son mixtas. Algunos países mostraron crecimiento, otros retrocesos. La inversión extranjera llegó con fuerza en sectores como hidrocarburos y manufactura, pero bajó en áreas como energías limpias y tecnología.
Costa Rica registró un aumento del 13% en inversión extranjera directa (IED) durante 2024, según el informe anual de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). La cifra, que equivale a $5.298 millones, colocó al país como el primer mayor receptor en Centroamérica. El promedio de crecimiento regional fue de 7,2%.
Los datos del informe señalan que el 68% de la IED que ingresó a Costa Rica en 2024 corresponde a manufactura sofisticada, con especial énfasis en dispositivos médicos, industria farmacéutica y servicios corporativos.

Costa Rica es un importante exportador mundial de dispositivos médicos. Ocupa el puesto número 13 a nivel mundial, y es el segundo mayor exportador de América Latina, después de México según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Aunque Costa Rica logró sobresalir en 2024 como uno de los países que más atrajo inversión extranjera directa (IED) en América Latina, los datos más recientes muestran una tendencia distinta en lo que va del 2025.
Según el Banco Central de Costa Rica, la IED cayó un 25,4 % en el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo del 2024, lo que equivale a $314 millones menos de inversión.
Esta disminución es la primera baja intertrimestral desde que Procomer asumió la gestión de atracción de inversiones. La administración de Rodrigo Chaves rompió unilateralmente el convenio de cooperación que existía entre el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), Procomer y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), a través del cual se transferían fondos públicos a Cinde para que esta agencia se encargara de la atracción de inversión extranjera directa. El régimen de Zona Franca, pilar de este modelo, fue el más afectado, con una caída del 50 %.
Aun así, sectores fuera de la Gran Área Metropolitana mostraron crecimiento, así como la reinversión de utilidades, que subió un 26,81 %.
Desde Procomer, su gerente general Laura López explicó que la baja registrada este año se debe en parte a préstamos de las operaciones locales hacia sus casas matrices en el extranjero, así como a la incertidumbre global y a la desaceleración de inversiones frescas.
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El componente de “capital nuevo” cayó un 20% y sectores como el turismo y el sistema financiero también reportaron contracciones importantes con -28,3% y -32,6% respectivamente.
A pesar del panorama mixto, la Asociación de Empresas de Zonas Francas subrayó que Costa Rica sigue siendo atractivo para la inversión extranjera. El país mantiene una propuesta de valor sólida, basada en su estabilidad, talento humano y encadenamientos productivos.
A nivel regional, Brasil y México lideraron la recepción de inversiones extranjeras con el 38% y el 24% del total, respectivamente. En Centroamérica, además de Costa Rica, destacaron Panamá ($3.240 millones), Nicaragua ($1.352 millones) y Honduras ($1.309 millones), todos con crecimientos importantes. El Salvador, en cambio, tuvo una caída del 11% al captar $640 millones.
A pesar de esa disminución, El Salvador rompió su récord en anuncios de nuevos proyectos de inversión. En total, se reportaron 16 iniciativas valoradas en $2.100 millones, entre ellas la expansión portuaria de YILPORT y proyectos de Grupo Bimbo y DELSUR.

En su análisis, la Cepal advierte que gran parte del crecimiento en 2024 se debe a la reinversión de utilidades de empresas que ya operaban en la región, mientras que los aportes de capital nuevo siguen estancados. Este fenómeno refleja un interés moderado de nuevos inversionistas por instalar operaciones desde cero.
“El análisis de los componentes que sustentan este crecimiento muestra que fue impulsado por las empresas transnacionales que ya operaban en la región, principalmente por aumentos en la reinversión de utilidades, mientras que los aportes de capital continúan estando estancados. Dado que en el componente de aportes de capital se registran las entradas de nuevas inversiones, su estancamiento relativo refleja el bajo interés de nuevas empresas por localizarse en la región.”, señala el informe.
Consultado sobre los efectos de la inseguridad en Costa Rica, Salazar-Xirinachs señaló que hasta el momento no se han identificado impactos negativos en la confianza empresarial. No obstante, subrayó que el país no puede subestimar el riesgo.
El informe también hace énfasis en la necesidad de que los países utilicen la IED como herramienta estratégica de desarrollo. Entre las recomendaciones de la Cepal se incluye alinear esta inversión con políticas productivas nacionales, fortalecer las capacidades técnicas y facilitar el impacto positivo en el empleo, la infraestructura y la transferencia tecnológica.
“En la Cepal creemos que América Latina y el Caribe debe aprovechar la inversión extranjera directa para alcanzar un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible. Para lograr esto será clave utilizar la IED como una herramienta estratégica dentro de las políticas de desarrollo productivo”, subrayó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar.
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El documento resalta dos áreas con potencial de crecimiento: los minerales críticos —como el litio y el cobre— y los sectores vinculados a la transformación digital. Sin embargo, en ambos casos, la región aún muestra rezagos en comparación con otras zonas del mundo.