Un estudio del Minaet valora opciones para cambios de tecnología en los taxis y así disminuir las emisiones contaminantes y la factura petrolera. Los buses, por su parte, ya aplican planes y los trenes avanzan en sus metas; sin embargo, los vehículos, principales contaminantes, tienen avances lentos.
En días pasados, Taxis Unidos –que brinda servicio de transporte en el Aeropuerto Juan Santamaría– analizó una oferta para sustituir los tanques de combustible actuales por sistemas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) o gas natural.
Su gerente, Roque Rodríguez, explicó que, en vista de que la propuesta era colocar el dispositivo en la cajuela del vehículo, declinaron la oferta porque este es un espacio clave para guardar el equipaje de sus clientes.
Pese a este inconveniente, el interés persiste. “Nosotros abrazamos nuevas tecnologías; tenemos que ser eficientes por un tema de costo/beneficio y estamos a la espera de que los tanques GLP puedan ser instalados en un lugar más apropiado”, destacó.
¿Vale la pena hacerlo?
Todo parece indicar que sí: que el cambio no solo conviene en lo económico sino que permite reducir las emisiones nocivas para el ambiente, las que provienen principalmente del sector transporte y en las cuales se enfoca buena parte la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
Así lo determina un estudio realizado por la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ejecutado por el Centro Internacional de Política Económica (Cinpe), Universidad Nacional.
La idea es iniciar con taxis; más tarde vendrá el estudio de buses y de otros subsectores en transporte público.
Precisamente, algunas empresas de buses ya están dando pasos para modificar su combustible. Pero, en otras áreas, los avances son menores, como en la venta de vehículos eléctricos.
A partir de una encuesta realizada por Cinpe con 667 taxistas de todo el país, se determinó que el 72% estaría dispuesto a comprar un vehículo que utilice combustible o tecnología diferente de la tradicional.
Se sabe que el vehículo eléctrico emite cero emisiones y esta opción sería la más adecuada, pero también los sistemas con gas natural convienen pues cada taxi arroja un promedio de 0,043 kilogramos de dióxido de carbono por kilómetro.
Por el contrario, los vehículos que más emisiones producirían serían los de gas LPG y los híbridos (gasolina-eléctrico y gasolina-gas natural). Recordemos que estos últimos utilizan en un 50% un combustible altamente contaminante, la gasolina.
Si los taxistas decidieran hacer conversiones hacia gas GLP o gas natural, sus inversiones reflejarían mejores indicadores económicos respecto al mejor modelo disponible –y el más usado en el Área Metropolitana– que es el Hyundai de gasolina.
EF consultó a otras cooperativas de taxis pero no respondieron.
Marea roja
En Costa Rica, existen 13.675 concesionarios de taxis, concentrados en buena medida en el Área Metropolitana. La mayoría opera vehículos Hyundai (52%), Toyota (30%) y, en menor medida, Daihatsu y otros.
Según el informe, dado que en San José está el 50% de la flota de taxis, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) –el más importante de los gases de efecto invernadero– se concentran mayormente en esta región.
Este sector registra emisiones por 222,76 toneladas de CO2 proyectadas para el 2012, de las cuales 51% corresponden a San José.
El objetivo del estudio es identificar cuáles serían las mejores opciones para reducir las emisiones pensando en la meta país de ser carbono neutral para el 2021.
Lo anterior contempla, no solo el tipo de combustible más amigable, sino el más rentable y cuántas emisiones se evitaría en cada una de las posibilidades.
Aunque los taxistas prefieren el Hyundai porque es la marca más económica, tiene como desventaja lo que contamina.
El resultado es que el Toyota de gasolina resulta más eficiente, mientras que, endiesel , el vehículo más eficiente, con menores emisiones de CO2, es el Hyundai.
Con el ritmo de emisiones actuales y sin cambios de tecnología, en el 2021 los taxis emitirían aproximadamente 319,53 toneladas de CO2, un 43% más de lo estimado para el 2012.
Los investigadores analizaron costos e ingresos de las opciones de cambio tecnológico para los casos de gas LPG, eléctrico, híbrido y gas natural tanto los que se ofrecen en el mercado, como los que podrían importarse, entre ellos, el híbrido de Toyota o Reva y Mitsubishi en autos eléctricos.
Para el cálculo de costo /beneficio, se tomaron como referencia los indicadores: valor presente neto del proyecto, el cálculo de la tasa interna de retorno y el cálculo de la relación costo beneficio.
También se determinó cuánto costaría remplazar la flota de taxis actual por una más eficiente y cuáles opciones de crédito existen. En este último, el plazo de financiamiento del sistema bancario es de seis años, tiempo para saber si el taxi recuperó la inversión y generó utilidad.
Fueron considerados aspectos como marca, kilómetros promedios recorridos por día, precio del litro de gasolina odiesel , días en que el taxi trabaja, desglose de costos incluyendo combustible, salario y cargas sociales.
René Castro, ministro de Ambiente (Minaet), explicó que la idea es que el sector transporte tenga las opciones suficientes para sustituir la flotilla y pueda reducir las emisiones con el menor costo posible.
El plan es que antes de finalizar el actual Gobierno, el 80% de los buses acojan sistemas más amigables y, del total de taxis, se convierta el 60% de la flota.
Si se cambiara a modelos de GLP y gas natural – según la curva de costos de abatimiento–, el Estado no tendría que dar incentivos adicionales como si ocurriría con el eléctrico e híbridos.
El estudio revela que el gas natural es mucho más económico que la gasolina y otros combustibles y tiene costos de mantenimiento menores respecto a los vehículos tradicionales de gasolina ydiesel , a pesar de que se debe importar desde Colombia.
Muestra, además, un precio promedio por litro hasta un 50% menor, es decir, garantizaría una recuperación de la inversión cada vez más corto.
“Todos los modelos de vehículos incorporados en el análisis muestran Valores Actuales Netos positivos y Tasas de Retorno positivas para un ciclo de vida de 6 años de renovación del vehículo”, dice el informe.
Como el estudio contempló varias regiones, los resultados varían según tipo de tecnología.
Por ejemplo, en San José, la tecnología que generaría más beneficios adicionales sería la del gas LPG porque muestra el menor costo promedio de reducir una tonelada de CO2 al 2017. Además, el costo de su remplazo no supera la inversión que realiza el taxista actualmente y no se le debería retribuir nada.
Eso sí, en cuanto a emisiones, solo se evitarían 8,82 toneladas de dióxido de carbono.
El gas natural sigue siendo la mejor opción no solo por su menor costo de reducir una tonelada de CO2, sino porque evitaría 17,76 toneladas de dióxido de carbono. Sin embargo, para el resto del país resulta más costosa y menos efectiva por los incentivos que tendría que dar el Estado para la conversión de tecnología.
Medidas futuras
Costo: Existe un costo incremental para convertir un vehículo tradicional a otro de tecnologías carbono neutro o de menor intensidad.
Medidas: En taxis se deben aplicar acciones para: modificar la disponibilidad de cambio de tecnología, transformar la flota existente en chatarra, modificar temporalmente la rentabilidad de las opciones tecnológicas de baja intensidad de la huella de carbono y complementar las tecnologías en materia de talleres y repuestos.
Fuente Estudio CINPE, 2012