La crisis actual que conlleva esta pandemia mundial ha puesto en evidencia de forma acelerada las carencias que muchos jefes o gerentes tienen para desempeñarse como verdaderos líderes, facilitadores e impulsadores del potencial de sus equipos de trabajo.
Los descubrimientos acerca del comportamiento gerencial son para atemorizar: el 90% de los gerentes malgastan su tiempo en toda clase de actividades inefectivas.
Este enfoque de liderazgo enfatiza que la responsabilidad de un líder es aumentar el empoderamiento, la autonomía y la responsabilidad de sus seguidores, alentarlos a pensar por sí mismos y a probar sus propias ideas.
Dos de cada tres empleados de la alta gerencia del sistema financiero son hombres. Solo el 30% de los puestos de gerente y directivas son ocupados por mujeres. El resto, se quedan en los mandos medios.
Considere las ventajas y retos de cambiar un trabajo asalariado por el ejercicio independiente de sus conocimientos.
Conocer sus etiquetas es una forma de entender qué lo vuelve atemorizante para otros. Esas etiquetas podrían ser títulos laborales como el de “jefe,” “director de recursos humanos” o “CEO.” También pueden ser atributos como “alto,” “confiado” o “de alto potencial,” que suelen transmitir un cierto nivel de autoridad.
Estudio de Deloitte sobre tendencias de recursos humanos plantea retos a los altos mandos.
Tal vez no pueda cambiar una cultura tóxica usted solo, pero hay algunas medidas que puede tomar para aislarte de sus efectos.
Mantener encubierta una búsqueda ejecutiva puede ser muy difícil. Como el presidente de una firma de búsqueda ejecutiva, hablo tanto con los candidatos potenciales como con las personas que están familiarizadas con su trabajo.
Muchas dimensiones de incompatibilidad cultural contribuyen al fracaso de las contrataciones externas de líderes de ventas. Líderes que vienen de culturas emprendedoras se marchitan en culturas controladas e impulsadas por procesos, y esto es cierto también a la inversa.