Los violadores de la libertad aseguran su poder al deshacerse de la competencia.
Ortega, por segunda vez, será parte de la fórmula presidencial de Ortega.
El Gobierno de Nicaragua excarceló este lunes bajo un régimen de casa por cárcel a 91 opositores que se encontraban detenidos, entre ellos la líder estudiantil de origen belga Amaya Coppens, con la voluntad de trabajar por la “reconciliación” nacional.
La coyuntura nicaragüense es un conflicto de baja intensidad con tendencia a la guerra civil. La represión absoluta de libertades no pareciera dejar otro espacio que la resistencia armada, a pesar del compromiso y práctica de las fuerzas opositoras con la resistencia pacífica.
Estados Unidos le envió un mensaje fuerte y excepcional al régimen de Nicaragua, que se suma a la amplia presión internacional por adelantar las elecciones en ese país centroamericano, facilitar una salida a la crisis y el abandono del poder de los dictadores, evitando un proceso que ahogue en guerra la protesta cívica.
La utilización simultánea de métodos económicos e informativos, puestos en práctica con el uso de la fuerza, caracterizan a la guerra híbrida. Este es el caso, de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes vistieron a militares de civiles y asesinaron a cientos de nicaragüenses.
Es urgente que Nicaragua emprenda una transición ordenada para que el país no caiga en una guerra civil. La primera condición para iniciar ese proceso es la renuncia de la pareja presidencial, el gabinete y los altos funcionarios responsables de la represión; así como de los magistrados de la Corte Suprema y del poder electoral.
Los nicaragüenses muestran su hartazgo con las maniobras de Ortega para lograr su reelección en 2011 y en 2016, para concentrar el poder, controlar el Congreso, la Justicia y el tribunal electoral.
Murillo anunció que Ortega acogió la propuesta del gremio empresarial de "retomar la mesa de diálogo" para buscar una solución al conflicto originado por el aumento de las cuotas patronales y laborales que buscan saldar un millonario déficit del seguro social.
"Rosario Murillo será una vicepresidenta fuera de lo común porque va a tomar el lugar del canciller"