Las cuentas clientes pasarán a la historia a finales de este año, periodo en el que las entidades financieras del país irán sustituyéndolas por una nueva estructura que facilitará las transacciones internacionales.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) dispuso que la nueva modalidad internacional debe estar en completo funcionamiento en diciembre de 2018.
Actualmente, cada banco utiliza un número para identificar cuentas corrientes, cuentas de ahorros, tarjetas de crédito, operaciones crediticias o cualquier otra cuenta de fondos a la vista.
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Esos dígitos son utilizados para llevar un registro de las transacciones realizadas de forma intrabancaria, es decir dentro de la misma entidad.
Además, existe la cuenta cliente de 17 dígitos que permite realizar movimientos interbancarios (entre distintas entidades), dentro del país y a través del Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
La nueva modalidad consiste en adoptar el estándar internacional denominado Código Internacional de Cuenta Bancaria (IBAN, por sus siglas en inglés), que permitiría estandarizar los dos tipos de cuentas mencionados anteriormente.
De este modo, las entidades financieras deberán sustituir los números de cuenta cliente por el IBAN (21 dígitos), al 31 de diciembre de este año, fecha en la que desaparecerá el concepto de cuenta cliente.
A la vez, la División de Sistemas de Pago del BCCR debe tener listo para ese momento los cambios necesarios para que la plataforma del Sinpe acepte la nueva modalidad.
Además, tendrán hasta el 31 de diciembre de 2018 para sustituir los números de cuenta que utilizan sus sistemas internos por la nueva estructura. Estos detalles están incluidos en el Reglamento del Sistema de Pagos, aprobado por la Junta Directiva del Central el año pasado.
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Beneficios e implementación
El IBAN se convertiría en el domicilio financiero utilizado por el cliente para realizar transacciones dentro de la entidad bancaria, hacia otro banco o inclusive fuera del país.
Este estándar es reconocido internacionalmente para tramitar pagos y cobros entre fronteras, por lo que facilitará los movimientos desde el país hacia el exterior o viceversa; además, facilita la implementación de procesos automatizados.
Gracias a esta estructura estandarizada la entidad financiera extranjera podría validar localmente si la cuenta brindada efectivamente corresponde a una cuenta valida en Costa Rica, disminuyendo así rechazos y costos producto de números de cuenta incorrectos, indicó el Central a las entidades mediante un comunicado.
La estructura del IBAN estará determinada por el código país (dos dígitos), seguido del dígito verificador (dos dígitos) y el número de cuenta cliente (17 dígitos), para un total de 21 dígitos.
A modo de ejemplo, el IBAN para uso internacional sería CR0515202001026284066, mientras que para el uso a nivel local interbancario sería sin los primeros cuatro dígitos (15202001026284066).
Las entidades financieras deberán adoptar el nuevo estándar, y la recomendación del Central es que lo vayan aplicando estrategias desde este año.
Lo anterior, con el fin de que las entidades puedan ir capacitando a los funcionarios. Además, dado la obligatoriedad de la sustitución de los plásticos que las entidades deben realizar por la inclusión del CHIP criptográfico (EVM) y proximidad (contactless), resulta importante que se incluya de una vez el embozado de la cuenta IBAN, explicó Carlos Melegatti, director de la división de sistemas de pago de la autoridad monetaria.
El IBAN proviene de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), una organización que tiene a su cargo una red internacional de comunicaciones financieras con más de 10.000 bancos y otras entidades financieras enlazadas entre sí en 210 países, por medio de la cual se tramita un promedio diario de 18.0 millones de mensajes de pago.