El Informe Estado de la Nación 2025 alerta que la apreciación del colón frente al dólar afecta la competitividad del sector exportador costarricense, un motor clave del crecimiento económico.
Aunque el país mantiene estabilidad en precios y un entorno macroeconómico favorable, el fortalecimiento de la moneda nacional encarece los productos costarricenses y reduce su atractivo frente a competidores como Chile, República Dominicana, México y Colombia.
El tipo de cambio muestra una tendencia hacia la apreciación desde mediados de 2022, cuando alcanzó su máximo de casi ¢700.
Según el Informe, este fenómeno disminuye la inflación importada, ya que abarata los bienes externos, pero deteriora la posición de las empresas exportadoras, las cuales se ven obligadas a enfrentar márgenes más estrechos y presión sobre sus precios en el extranjero.

También se describe la coyuntura económica como “atípica” debido a la presencia de una inflación cercana a cero, moneda fuertemente apreciada y estabilidad que aún no se refleja con fuerza en los ingresos de los hogares.
Recuperación parcial de poder adquisitivo
“Con una inflación de 0,8% en 2024, el costo de vida presiona a los hogares más vulnerables que destinan hasta el 40% de sus ingresos a alimentos. La mejora en el poder adquisitivo es parcial y desigual”, señala el informe.
De acuerdo con Luis Vargas, investigador del programa Estado de la Nación, la estabilidad inflacionaria favorece una recuperación parcial del poder adquisitivo que todavía no compensa el deterioro acumulado.
“Por ejemplo, el rubro de alimentos mantiene aumentos superiores al promedio general de precios y en él se concentra el 37% del gasto de los hogares del estrato de ingreso bajo, mientras que en los de ingreso medio y alto, respectivamente representa el 28% y 18%”, explica.
El estudio también revela una brecha persistente entre productividad y salarios, donde se observa que entre 2006 y 2022 los salarios reales crecieron un 13%, mientras la productividad laboral aumentó un 20%.
Por tanto, concluye que la política monetaria enfrenta el desafío de sostener la estabilidad de precios sin sacrificar el crecimiento, la equidad y la competitividad.
“La existencia de una inflación controlada pero sin mejora perceptible en el bienestar evidencia las limitaciones de un modelo que requiere ajustes coordinados en política fiscal, monetaria y productiva para que los beneficios de la estabilidad lleguen a todos los hogares y sectores económicos”, determina el Informe.

