La Unión Europea (UE) ha comenzado el proceso de ratificación del polémico acuerdo comercial UE-Mercosur, una movida que busca abrir el mercado europeo a más productos de América Latina, pero que ha desatado una fuerte oposición de los agricultores del Viejo Continente, quienes temen una competencia desleal.
El principal grupo de presión agrícola europeo, Copa-Cogeca, advirtió que este tratado “nunca ha sido tan perjudicial” para los productores, basando sus temores en la apertura a importaciones con menores costos y estándares de producción distintos.
Las cuotas agrícolas que generan tensión
Aunque la Comisión Europea califica los volúmenes de importación como “pequeños”, son suficientes para generar incertidumbre en sectores clave. El acuerdo establece las siguientes cuotas con tasas aduaneras reducidas:
- Carne bovina: Hasta 99.000 toneladas anuales (1,6% de la producción de la UE).
- Aves de corral: Un límite de 180.000 toneladas (1,4% de la producción comunitaria).
- Azúcar: Hasta 190.000 toneladas (1,2% del total europeo).
A cambio, la UE busca una mayor penetración en el mercado latinoamericano para productos como vinos, quesos y aceite de oliva, que actualmente enfrentan aranceles de hasta un 35%.
Competencia y precios: los sectores más expuestos
El principal temor de los productores europeos no es solo el volumen, sino la concentración de las importaciones en productos de alto valor. La gremial de carne bovina de Francia señala que el Mercosur ya es el principal proveedor de cortes “nobles” como el solomillo.
Si las 99.000 toneladas autorizadas se centran en este corte, representarían una cuarta parte de toda la producción europea. Según el Instituto de ganadería francés, los solomillos del Mercosur tienen un costo entre un 18% y un 32% inferior al de sus homólogos europeos, una diferencia que podría hundir los precios locales.
Esta misma preocupación se extiende a los productores de pollo, quienes temen que Brasil inunde el mercado con filetes a bajo costo. Sectores como el etanol, la miel y la carne de cerdo también se consideran en riesgo.

¿Cuál es el impacto para Costa Rica?
Aunque Costa Rica no es parte de este tratado, su ratificación sienta un precedente y podría tener efectos indirectos sobre la economía nacional. Para los empresarios y exportadores costarricenses, este acuerdo representa un nuevo escenario competitivo en uno de sus principales mercados.
Productores nacionales de bienes agrícolas como el azúcar, el etanol o incluso ciertos cortes de carne podrían enfrentar una mayor competencia en el mercado de la UE por parte de los gigantes del Mercosur, como Brasil y Argentina, quienes se beneficiarían de las reducciones arancelarias.
Además, el acuerdo sirve como un termómetro de la política comercial europea. Las concesiones y salvaguardias incluidas en el texto podrían ser un modelo para futuras negociaciones de la UE con otras regiones, incluida Centroamérica. Para Costa Rica, es vital monitorear cómo se equilibra la apertura comercial con la protección a los estándares de producción y la sostenibilidad.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la principal queja de los agricultores europeos sobre el acuerdo? La queja central es la competencia con productos del Mercosur que tienen costos de producción más bajos, en parte debido a que no están sujetos a las mismas normas sanitarias y ambientales estrictas que se exigen en la UE, como el uso de ciertos antibióticos o harinas animales.
¿Qué medidas de protección incluye el acuerdo para la UE? La UE ha incluido una “cláusula de salvaguardia” reforzada, una especie de “freno de emergencia” que permite limitar las importaciones si causan un daño grave al mercado local. También se creará un grupo de trabajo para reforzar los controles y se realizarán seguimientos semestrales de los precios y volúmenes.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.