Las autoridades de aviación civil de Estados Unidos informaron que el aeropuerto de Newark, uno de los tres ubicados en el área metropolitana de Nueva York, sufrió una nueva interrupción de las comunicaciones aéreas el viernes que duró unos 90 segundos.
Ya se habían producido retrasos y cancelaciones de vuelos tras un incidente el 28 de abril en el Aeropuerto Internacional de Newark Liberty, en el cual los controladores de tráfico aéreo ubicados en la cercana Filadelfia no pudieron comunicarse con las aeronaves.
En este último incidente, la Administración Federal de Aviación (FAA) dijo que hubo “una falla en las telecomunicaciones que afectó las comunicaciones y las pantallas del radar” en la misma estación de control de tráfico de Filadelfia que guía aeronaves dentro y fuera del espacio aéreo de Newark.
La interrupción ocurrió alrededor de las 03H55 (07H55 GMT) del viernes y “duró aproximadamente 90 segundos”, señaló en un breve comunicado.
Tras el primer incidente, la FAA anunció el miércoles la restricción de las llegadas y las salidas en Newark, uno de los aeropuertos más transitados de Estados Unidos.
Desde Costa Rica existen vuelos directos al aeropuerto de Newark desde la terminal internacional Juan Santamaría y desde el aeropuerto Daniel Oduber Quirós, en Liberia.
En ambos casos los vuelos son operados por United Airlines. La última información disponible indica que la frecuencia del vuelo desde el Juan Santamaría es diaria.
El sistema de control de tráfico aéreo de Estados Unidos sufre una escasez crónica de personal y equipamiento antiguo debido a deficiencias de financiación por parte del Congreso.
En una declaración el miércoles, la FAA dijo que tomó “medidas inmediatas para mejorar la confiabilidad operativa” en Newark. Entre ellas, mencionó la suma de tres conexiones de telecomunicaciones de alta velocidad entre el centro de control y Newark, el reemplazo de cables de cobre por una red de fibra óptica y la capacitación de nuevos controladores aéreos.
Los problemas en Newark ocurren luego de la colisión el 29 de enero entre un avión de pasajeros y un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington, dejó 67 muertos. Fue el primer gran accidente en un vuelo comercial en Estados Unidos desde 2009.
La FAA sufrió recortes de personal por la reorganización de la administración federal que realiza el presidente Donald Trump a través del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que lidera Elon Musk, el jefe de Tesla.
Los recortes de empleos no afectan a los empleados de seguridad y no se redujo el personal de control de tráfico aéreo debido a las iniciativas de Musk, según la FAA.