La economía de Estados Unidos creció más de lo esperado en los últimos meses de 2023, un año que cerró con una expansión del PIB de 2,5%, por encima del 1,9% de 2022, informó este jueves el Departamento de Comercio.
Con la campaña electoral en curso y el presidente Joe Biden buscando su reelección, la mayor economía mundial tuvo un crecimiento en el último trimestre de 3,3% en proyección anual (la expansión del PIB a 12 meses si continuaran las condiciones al momento de la medición).
El último trimestre mostró una moderación de la actividad económica, con una expansión que cae del 4,9% en proyección anual en el tercer cuarto del año. Pero el dato supera de todas formas el 2% que esperaba el mercado, según el consenso recabado por la consultora Market Watch.
Este desempeño del PIB se vio sostenido por un mercado laboral sólido y por los gastos de los consumidores.
Los salarios subieron y, desde mediados de 2023, los aumentos fueron mayores que los incrementos de precios.
Así, el consumo, principal motor del crecimiento estadounidense, se mantuvo sólido a pesar del impacto de la inflación sobre el poder adquisitivo.
De esta forma, Estados Unidos escapó de una recesión en 2023, un escenario frecuentemente esbozado como una posibilidad por economistas, en un contexto de altas tasas de interés para contener la inflación.
Biden, economía y campaña
El gobierno, aprovechando este “aterrizaje suave” de la economía, como se denomina a la expansión del PIB a pesar de altas tasas de interés, trata de capitalizar los números de la política económica atribuida al presidente demócrata Joe Biden, a la que han denominado “Bidenomics”.
Biden enfrentará posiblemente un duelo con el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), quien tiene entre sus argumentos de campaña la buena salud de la economía estadounidense cuando comandaba la Casa Blanca, pero también de las finanzas de las familias, antes de la disparada de precios.
Los republicanos responsabilizan a Biden por la inflación. Los sondeos que miden la confianza de los hogares comienzan, de todos modos, a mejorar.
El asunto es central para la elección presidencial de noviembre próximo.
Para contener la inflación, que alcanzó 9,1% en junio de 2022, un pico desde los años 1980, la Reserva Federal (Fed, banco central) aumentó sus tasas de interés 11 veces entre marzo de ese año y julio de 2023.
Las altas tasas encarecen el crédito, y por lo tanto desalientan el consumo y la inversión, eliminando así presiones sobre los precios.
Desde entonces la inflación cedió a 3,4% a 12 meses según la medición de diciembre.
El objetivo de la Fed es llevarla a 2%. Pero el banco central ya señaló que su objetivo es recortar los tipos de interés este año, aliviando el acceso a crédito para los estadounidenses.
La Fed seguramente mantendrá por ahora sus tasas en un rango entre 5,25% y 5,50% en su reunión de política monetaria del martes y miércoles de la semana próxima.