La economía estadounidense se contrajo en los tres primeros meses de este año, a diferencia de lo esperado por los analistas, al inicio del segundo mandato de Donald Trump.
El producto interior bruto de la mayor economía del mundo cayó 0,3% a tasa anualizada en el primer trimestre, después de aumentar un 2,4% en los últimos tres meses de 2024, según una estimación del Departamento de Comercio estadounidense.
Los analistas esperaban un crecimiento del PIB de un 0,4%, según Briefing.com.
“La caída del PIB real en el primer trimestre es reflejo de un repunte de las importaciones, una desaceleración del gasto de los consumidores y un descenso del gasto público”, señaló el Departamento de Comercio.
Las cifras se publicaron en el 101º día del segundo mandato de Trump. En ese tiempo, ha anunciado varias baterías de aranceles.
En marzo, el presidente anunció fuertes impuestos aduaneros a los productos de sus principales socios comerciales a partir de principios de abril, en un intento de renegociar sus acuerdos comerciales.
Estos aranceles provocaron un terremoto en los mercados financieros, con niveles de volatilidad que no se veían desde la pandemia del covid-19.
“Generalmente, la política gubernamental no cambia tanto, sobre todo en los primeros 100 días de una presidencia”, dijo a la AFP la profesora de economía de la Universidad George Washington Tara Sinclair antes de que se publicaran los datos. “Pero esta es diferente”.
Importancia en Costa Rica
Una disminución en el PIB de Estados Unidos señala una desaceleración de su economía, lo que directamente impacta la demanda de bienes y servicios a nivel internacional.
Para los empresarios costarricenses, esto es crucial ya que Estados Unidos es el principal socio comercial de Costa Rica.
Una menor demanda estadounidense puede traducirse en una reducción de las exportaciones costarricenses, afectando sectores clave como la agricultura, la manufactura y los servicios, que dependen significativamente del mercado estadounidense.
Por lo tanto, los empresarios deben monitorear de cerca las fluctuaciones del PIB estadounidense para anticipar y mitigar los posibles efectos negativos en sus negocios.
Además, una baja en el PIB de Estados Unidos suele influir en el flujo de inversión extranjera directa. Cuando la economía estadounidense se contrae, los inversores tienden a ser más cautelosos y pueden reducir o posponer sus inversiones en otros países, incluyendo Costa Rica.
Esto puede limitar el acceso a capital para expansión, nuevos proyectos o desarrollo de infraestructura, lo que a su vez afecta la capacidad de crecimiento y competitividad de las empresas costarricenses.
Por consiguiente, los empresarios deben estar atentos a las señales de la economía estadounidense para ajustar sus estrategias financieras y buscar alternativas de financiamiento si es necesario.
Finalmente, la economía de Estados Unidos también tiene un impacto significativo en el tipo de cambio y las tasas de interés a nivel global. Una desaceleración económica puede llevar a una depreciación del dólar frente al colón, lo que afecta los costos de importación y exportación para las empresas costarricenses.
Asimismo, las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre las tasas de interés pueden influir en las condiciones de financiamiento en Costa Rica. Por lo tanto, los empresarios deben considerar estos factores macroeconómicos al tomar decisiones sobre precios, producción, inversión y endeudamiento.