
El peso, la posibilidad de adaptarlos a cualquier padecimiento y, sobre todo, su diseño, hacen de los aros semi al aire y al aire los favoritos de los ejecutivos durante el 2013.
Estos modelos son los que no rodean por completo el lente con materiales de soporte, sino que llegan hasta la mitad o del todo prescinden de la estructura y colocan las patillas directamente sobre el vidrio.
Mauricio Barzuna, gerente de ventas de Ópticas Visión, asegura que las ventajas de estos modelos son varias, por ejemplo, “hay gente a la que le gusta que el aro no sea tan llamativo y no afecte su look . En general perciben las monturas aire y semi aire como más serias, más elegantes, más livianas: la gente está mucho más cómoda”.

Para Viviana Zúñiga, de las tiendas Galerías Ópticas, en aros oftálmicos la otra tendencia fuerte es la de aros de pasta, gruesos, con patillas oscuras o en colores brillantes. “En estos casos los diseños son muy exclusivos, por eso la gente los busca”, explica. Esos modelos son líderes en ventas generales y encuentran seguidores entre los ejecutivos más jóvenes .
Para todo gusto
Las marcas Lacoste, Converse, Guess y Gap son las más buscadas para modelos casuales o de uso diario, porque sus precios están en la base del rango para ejecutivos (según la tienda, los aros de menor costo pueden ser de ¢25.000 o hasta de ¢75.000).

“En un nivel más alto están modelos como los Tag Heuer, que se han comenzado a mover muy bien entre ejecutivos”, comenta Barzuna. Aquí los precios van a partir de los ¢85.000.
Para el segmento más exclusivo, las marcas Tiffany & Co, Bvlgari, Prada, Cartier y Hermenegildo Zegna, entre otras, proveen modelos que comienzan en los ¢200.000 y ¢450.000, aunque algunos modelos pueden superar el medio millón de colones.
De la mano con la salud

Además de las tendencias en diseño y moda, los anteojos son una inversión en salud y comodidad. Barzuna explica que los aros reducidos o eliminados “van muy bien para estar trabajando, en la computadora, la gente está mucho más cómoda, con más rango de visión”.
Ádemás, se puede ajustar el tamaño del lente para las necesidades de padecimientos específicos como miopía, astigmatismo o presbicia.
Zúñiga señala que los estilos exclusivos toman en consideración “si un paciente requiere visión sencilla, el aro es grande, pero si es un progresivo, también se acomoda bien”.

Otra opción es la del fabricante español Prats, que ofrece lentes con filtro, tecnología CSR (Certificado de Seguridad Retiniana) para reducir el proceso neurodegenerativo de la retina.
Por esto, elegir los aros de sus lentes es una tarea con la que se cubren múltiples necesidades, y que influirá en su estilo y en la comodidad para todas las tareas: desde ver televisión hasta pasar horas frente a la computadora .
Más allá de las tendencias

Carlos Cabezas Charpentier, vocero: Oftalmólogo
- ¿Qué es lo que provoca la pérdida de la capacidad visual y con ella la necesidad de utilizar lentes?
Es un hecho inevitable que ocurran cambios en la visión por el paso del tiempo; en particular, por la percepción del contraste, color, profundidad y la resolución espacial. Además, con los años; el sistema visual de las personas se vuelve más vulnerable a los procesos degenerativos produciéndose padecimientos tales como: cataratas, glaucoma y degeneración macular relacionada a la edad (DMRE).
- ¿Por qué algunas personas que trabajan en oficinas experimentan problemas de la vista antes que otras?
Los daños a nivel interno del globo ocular causados por la fototoxicidad de la luz tienen carácter acumulativo. El daño se produce durante toda la vida, de la misma forma que los daños o lesiones causados por las radiaciones UVA/UVB sobre la piel.
- ¿Los anteojos pueden ayudar a prevenir, detener o disminuir los daños que la luz provoca en los ojos?
Así es, las lentes con CSR (Certificado de Seguridad de Retiniana) proporcionan dos tipos de protección frente la fototoxicidad de la luz: A corto plazo: funcional, proporcionando inmediatamente una mejora del contraste, menos fatiga visual y una mejora de la profundidad espacial. Además de reducir la sensibilidad al deslumbramiento. A largo plazo: estructural, porque absorbe la luz dañina de la retina, reduce el proceso neurodegenerativo en el sistema visual y protege la retina de la ceguera evitable.
“Nuestros ojos reciben aproximadamente unas 5.000 horas de luz al año”.