Productores locales de huevo ajustan su negocio

Cambios en los mercados nacionales y centroamericanos que consumen huevos de gallina provocaron un reajuste entre las empresas avícolas de Costa Rica durante el último lustro.

Algunos productores, como La Yema Dorada y Avicultores Unidos La Garita, tuvieron problemas en la región y dejaron de exportar, pero compensaron la baja con el aumento en la demanda local que se presenta de manera lenta pero constante.

Otras empresas, como Pipasa, subsidiaria de la internacional Cargill, han tenido mejor suerte fuera del país, por lo que presentan un repunte en sus envíos a Centroamérica.

Del 2010 al 2013, las exportaciones de huevo de ave crecieron 3,8 veces, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). Aquí se incluye tanto huevo fresco como de cultivo, aunque en su mayoría se trata del segundo.

En los primeros cuatro meses del 2014, los envíos al exterior de este producto generaron $4,8 millones en divisas, principalmente a Nicaragua.

Este monto representa un 18,7% más que lo exportado en los mismos meses del 2013.

Jorge Calderón, director regional de Asuntos Corporativos de Cargill para Centroamérica, detalló que Pipasa exporta a Nicaragua desde hace cuatro años huevo para incubación.

Los buenos resultados en materia productiva de la empresa en Costa Rica les ha permitido tener un excedente de huevo fértil para suplir a empresas hermanas Cargill en la región.

Altibajos

Otras empresas no han topado con tanta suerte en sus envíos a Centroamérica.

Luis Mesalles, gerente general de La Yema Dorada, comentó que ellos exportaban a Nicaragua y a El Salvador, pero ya no.

En el caso salvadoreño, se trataba de una empresa que procesaba el huevo para venderlo en presentación líquida, pero tuvo inconvenientes financieros y dejó de comprarles.

En cuanto a Nicaragua, en el 2010 el país vecino cerró la frontera por un tiempo, lo que afectó la exportación de varios productos, incluido el huevo.

Aunque la medida no se mantiene, La Yema Dorada no recuperó dicho mercado.

“En el sector avícola productor de huevos tenemos que enfrentar barreras no arancelarias para exportar que imponen otros países, pero además tenemos la realidad que el país es caro para producir”, expresó Mesalles.

Otro de los obstáculos que enfrenta el sector son los estándares solicitados por el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa).

“Esta inspección más estricta va en beneficio de la industria, ya que nos proteje de posibles enfermedades, pero aun así es un costo adicional que otros países de la región no tienen en la misma magnitud”, añadió.

Los cuidados propios que implica trasladar un producto frágil también inciden en los costos de operación de las empresas.

Mesalles detalló que el huevo pesa poco pero ocupa mucho espacio en el transporte por la forma en que se deben empacar.

Por ejemplo, en un contenedor viajan unos 18.000 kilos máximo, aunque el furgón pueda tener capacidad hasta 23.000 kilos.

Calderón, de Cargill, explicó que la exportación de huevo implica un proceso de refrigeración constante y costoso.

El producto se carga la noche anterior para que pase la frontera sin demora por tratarse de un alimento perecedero.

El embalaje utilizado es especial, pues debe mantener la cadena de frío de 17 a 18 grados celsius para que no haya crecimiento de embriones durante el proceso de transporte.

Mercado local más demandante

Parte de los altibajos en las exportaciones se compensan con un aumento en la demanda local, en este caso, de huevo fresco.

Carlos Morales, presidente de Avicultores Unidos La Garita, comentó que ellos dejaron de exportar porque su único destino era la empresa de El Salvador que procesaba huevo líquido.

Sin embargo, el consumo local ha evitado que esta baja afecte a la empresa.

Morales informó que en el 2006 el consumo de huevo en Costa Rica era de 180 unidades per cápita al año, y actualmente está en 200 unidades, una de las cifras más altas en América Latina.

Aunque la demanda ha venido creciendo de manera constante, el precio del huevo para consumo local mantiene intermitencias.

Particularmente, en el 2013, la Cámara de Avicultores denunció el supuesto ingreso de producto ilegal al mercado nacional, proveniente de Panamá, lo que incidía en las variaciones.