Pocas opciones diarias en el menú pero renovadas cada dos semanas. Esta es la promesa del restaurante Racó, ubicado en Barrio Amón, que abrió sus puertas hace tres semanas.
Su propietario y chef, Daniel Vargas, explicó que en Europa es muy común los menús cortos (tres entradas, tres platos fuertes y un postre), pues permite manejar inventarios más pequeños, frescos y menores costos.
Racó abre 11:00 a.m. a 4:00 p.m., de lunes a viernes, por lo que su público es básicamente almuerzo para ejecutivos. "Deciden rápido lo que desean comer", expresó Vargas. Para evitar que sus clientes se cansen de las mismas opciones, la meta es cambiar por completo esas siete opciones y así sorprender siempre.
"A mi me gusta crear en la cocina, me divierto haciéndolo, por eso opté por los cambios de menú cada dos semanas", agregó.
Otra de las novedades que introdujo Racó son las cenas a ciegas y sin cubiertos, los viernes y sábados por la noche, que han tenido mucha demanda.
La meta de Vargas es posicionarse como un restaurante de cenas temáticas, pues no desea casarse con la experiencia de "cena a ciegas". Parte de la experiencia es conocer la historia de la casa, de Barrio Amón y explicarles lo que van a comer, "no es solo sentarse a comer e irse".
Vargas admitió que ingresa a un mercado competitivo, donde ya ha probado la parte menos positiva.
Racó abrió en agosto del año pasado en Escazú, pero no coincidió con el público al que quería llegar, por lo que Vargas decidió cerrar en diciembre y trasladarse a Amón, donde siempre tuvo la idea de posicionarse.