Patria Justa (PJ) y el Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (Bussco) constituyen un fenómeno nuevo en el panorama sociopolítico.
Ambas agrupaciones van más allá de las reivindaciones salariales e incursionan en la lucha por el poder del Estado.
PJ se ha aliado con el Frente Amplio y el PAC. Bussco persigue un cambio global del modelo de organización social, se pronuncia contra los impuestos y por tierra para quien la trabaja.
No es la primera vez que sindicatos asumen funciones partidarias. El LabourParty en Inglaterra surgió de los trade unions y el Partido dos Trabalhadores brasileño se origina en los sindicatos.
Las transformaciones en el sistema de partidos ocurren cuando los partidos establecidos entran en crisis ante la aparición de nuevos actores. La incapacidad de integrar las demandas de los recién llegados hace que estos se movilicen con autonomía.
Una característica de estas nuevas organizaciones político-sindicales es que acuden a la movilización social, amparadas en la doctrina de la democracia de la calle. Los partidos tradicionales solo han sido expertos en la movilización electoral.
La combinación de movilización electoral con movilización social en períodos interelectorales potencia el poder político del os nuevos actores y transformará el sistema de partidos.
¿Lograrán las nuevas organizaciones conformar una coalición electoral con miras al 2018? La respuesta a esta pregunta surgirá del grado de unidad que logren, pues las contradicciones entre ambas son evidentes. Dirigentes de Bussco han caracterizado a sus contrarios como derecha sindical, mientras que los de PJ se han referido a sus rivales como extremistas.
Su futuro también depende de la capacidad de respuesta de los partidos establecidos frente a este nuevo desafío. ¿Seguirán anclados en ser maquinarias electorales y mucho menos que partidos políticos?
Las elecciones municipales podrían adelantar respuestas.