
Me llamó positivamente la atención que El Financiero , siendo un medio especializado en temas económicos, abordara el tema de las próximas elecciones municipales (del domingo 7 de febrero), en su edición del pasado 11 de enero, con el reportaje titulado “Pocos aprovechan el poder económico del voto”.
El análisis se dirige al “poder económico del voto”, referenciado con los presupuestos municipales versus el número de votantes, evidenciado que quienes deciden no votar renuncian a elegir a quienes administrarán miles de millones de colones, perdiendo el derecho a reclamar por el uso que se le dé a esos recursos.
Ese es un análisis válido y real, pero debemos entender que la trascendencia económica de las elecciones municipales va mucho mas allá e incide en forma directa en la calidad de vida de cada uno de nosotros.
Quienes resulten electos el 7 de febrero, no solo van a administrar nuestros recursos, también van a ser los responsables de los servicios que nos brindan en cada cantón. Dependiendo de la calidad de esos servicios, nuestra forma de vida se va a ver mejorada o perjudicada.
La situación misma del país, como un todo, depende en mucho de lo que las autoridades municipales hagan, dado que la realidad del país es la suma de las realidades de los 81 cantones.
Es cierto que las municipalidades de Costa Rica tienen muchos problemas y debilidades; algunas en el pasado no han tenido la capacidad de cumplir con sus responsabilidades y, en general, no tienen recursos suficientes para atender todas las competencias que han asumido.
Sin embargo, el principal problema que ha existido es que en muchas ocasiones, las autoridades electas para la alcaldía o el concejo municipal, no tienen la capacidad, experiencia, liderazgo o visión para hacer su trabajo de la mejor manera y, de ahí, que resulte trascendental que la ciudadanía aproveche los días que nos faltan para llegar al 7 de febrero, para conocer las diferentes opciones que hay en cada uno de los cantones, comparar y valorar las distintas propuestas, escoger la mejor y votar.
Las prioridades
El territorio cantonal es el principal activo productivo que tiene cada municipalidad. De ahí salen los recursos que administran y por eso una de las prioridades debe ser el ordenamiento territorial en cada cantón.
El plan regulador brindará reglas claras sobre lo que se puede hacer en cada territorio, y con ello será más fácil atraer la inversión privada y promover encadenamientos productivos.
Los trámites para permisos de construcción o establecimiento de negocios deben ser razonables y expeditos. En cada municipalidad debe atenderse a los inversionistas de la mejor manera, entendiendo que son el aliado estratégico más importante con que se puede contar.
Otro de los temas relevantes para propiciar el desarrollo económico local es la infraestructura vial, la cual, en su mayoría, depende de las municipalidades. Con las recientes reformas legales, en los próximos años recibirán decenas de miles de millones de colones para atender la red vial cantonal. Debemos entender que por ella diariamente transitan los turistas que nos visitan, los productos que consumimos o exportamos y lo más importante, todos nosotros, de ahí la urgencia de que su estado sea el mejor que se pueda lograr.
Con estos pocos ejemplos se nos facilita dimensionar la importancia que las municipalidades tienen para nuestra vida. El perfil de quienes lleguen a gobernar nuestros cantones por los próximos cuatro años debe estar acorde con el nivel de responsabilidad que van a asumir.
Nos corresponde a nosotros cumplir con la labor más importante, cual es elegir a esas personas y para ello solo hay una forma: acudiendo a votar el 7 de febrero y que ese voto sea producto de la reflexión informada sobre cada una de las ofertas electorales que tenemos. Si lo hacemos bien, la Costa Rica del futuro será mucho mas próspera y desarrollada y, si eso es así, todos ganamos.