
Costa Rica ha construido por décadas prácticas ambientales que son reconocidas en todo el mundo y que hoy le dan la oportunidad de ejercer un liderazgo internacional en las respuestas a la crisis climática, las cuales tendrán un gran impacto por el bien del planeta y la generación de nuestros hijos, así como en la forma de generar empleo y las actividades productivas.
Esto fue muy palpable durante la COP 25. Por ejemplo, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, fue contundente al señalar que “el European Green Deal es la nueva estrategia de crecimiento de Europa. Reducirá las emisiones al tiempo que crea empleos y mejora nuestra calidad de vida. ¡Para eso necesitamos inversión! Inversión en investigación, innovación, tecnologías verdes.”
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Consistente con esta estrategia, días antes el Banco Europeo de Inversiones informó que dejará de financiar proyectos ligados a los combustibles fósiles, incluido el gas natural, desde finales de 2021. Aquí está el presente y el futuro.
Esta visión del segundo bloque económico mundial no pone a las estrategias de cambio climático y sostenibilidad como un accesorio aparte, sino que coloca la sostenibilidad como eje central del desarrollo y el crecimiento de sus países, con una visión generadora de empleos y bienestar compartido.
Empresas de todas las magnitudes también incorporan esta realidad en su planeamiento estratégico. Basta pensar en el movimiento para la desinversión en empresas relacionadas con los combustibles fósiles. O en lo que está pasando en el sector automotriz, desde el surgimiento de empresas con una visión de movilidad limpia, hasta la frenética carrera de los gigantes de la industria para acelerar su transición desde vehículos de combustión hacia los de cero emisiones.
Aprovechar las ventajas
¿Cuál es el posicionamiento de Costa Rica ante todo lo anterior? Por décadas, el país ha invertido en energías limpias, conservación y prácticas sostenibles. En consecuencia, en los foros internacionales se nos reconoce como una nación líder en la materia más apremiante que enfrenta la comunidad internacional. Este posicionamiento está generando réditos en sectores como el turismo y la inversión extranjera.
Sería absurdo desaprovechar esa oportunidad que se le plantea al país. Debemos aprovechar y fortalecer las ventajas construidas durante tantas décadas de trabajo visionario.
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También por profundizar ese liderazgo lanzamos en febrero el Plan de Nacional de Descarbonización 2018-2050, el primero en su naturaleza anunciado nacional y globalmente. Y por eso estamos proponiendo la prohibición de la explotación y exploración petrolera. Si somos líderes en un área que es el futuro de la humanidad sería un error histórico lanzarnos a la retaguardia, como insinúan las voces de quienes queriendo antagonizar con el gobierno, antagonizan con el futuro.
La descarbonización no es nueva para Costa Rica. El ICE lleva 70 años de invertir en energías renovables. Tenemos décadas de impulsar la red de Parques Nacionales. Y hace más de 20 años creamos el Programa de Servicios Ambientales, gravando combustibles fósiles, que ha permitido invertir $500 millones en la protección de 1.122.311 hectáreas y revertir el proceso de deforestación.
De modo que nuestro Plan de Descarbonización si bien plantea objetivos de alta ambición climática que requerirán un esfuerzo importante de nuestro Gobierno y de Administraciones venideras, es perfectamente factible y construye sobre lo ya avanzado por el país.
Inversión rentable
Nuestras soluciones basadas en naturaleza son éticamente correctas y también son económicamente rentables, como señalé en la COP 25. Basta dar un vistazo al enorme beneficio económico y social del sector turismo, que da empleo a más de 200.000 personas en todo el país y genera más de $1.400 millones netos en divisas anualmente.
Según datos del Banco Central, para 2016 el turismo representó el 8,2% del Producto Interno Bruto al considerar su efecto directo (6,3%) y los indirectos (1,9%). Además, ese beneficio aumentó en casi 2 puntos porcentuales del PIB entre 2012 y 2016, es decir en solo 4 años. Pues bien, un estudio realizado para el ICT revela que para el 75% del núcleo base de personas interesadas en visitar Costa Rica, la principal razón es nuestra riqueza natural. Es nuestra inversión en la naturaleza lo que nos permite disfrutar año con año de los beneficios del turismo.
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En cuanto a la matriz de energías renovables, si bien tenemos retos para mejorar las tarifas, en lo cual ayudarán también medidas del Plan de Descarbonización, el cambio en las preferencias de los consumidores la harán cada vez más importante para las empresas. Un ejemplo: “Panasonic aumentará en un 50% su capacidad de producción en Costa Rica”, así como en un 20% sus empleos, informó hace poco tiempo El Financiero. En efecto, al inicio de este mes la empresa anunció la iniciativa de “Descarbonización y Expansión de Panasonic Centroamericana”, señalando expresamente que la “matriz energética renovable promueve el incremento de las operaciones”, al permitirle satisfacer las preferencias de los consumidores.
Y respecto al Plan de Descarbonización, un estudio financiado por el BID demostró que en 3 de sus 10 pilares, para el 2050 tendremos una utilidad de casi $20.000 millones por su ejecución.
Es claro que el país tiene retos internos en materia ambiental, como la situación de los ríos, residuos sólidos, monocultivos, la protección de áreas marinas, el balance entre producción y sostenibilidad en temas como la pesca. Pero esto solo refleja desafíos que debemos resolver con investigación, innovación, inversión y priorizando el bienestar para la gente.
Si globalmente somos vistos cómo líderes y ejemplo en temas que están en el centro de la discusión sobre el futuro del planeta, ¿cómo vamos a echar para atrás? Las posiciones de los liderazgos globales señalan que, como país, estamos del lado correcto de la historia.
Confío en el espíritu innovador y valiente que este país ha mostrado en sus casi 200 años de historia para que sigamos en esa ruta de liderazgo, pero sobre todo para que hagamos lo necesario para que nuestro pueblo progrese en justicia, solidaridad y sostenibilidad.