Existe una tendencia mundial a buscar rutas cada vez más eficientes para mejorar la forma en que las empresas ofrecen sus bienes y servicios. Particularmente, en el caso de la protección de datos personales, se habla, hoy en día, de la “privacidad por diseño” o “privacidad desde el diseño” (privacy by design), término desarrollado por la Comisionada de Protección de Datos de Ontario, Ann Cavoukian en la década de los 90, pero que hoy, más de 20 años después, toma verdadera relevancia.
La globalización ha fomentado, sin duda, la necesidad de compartir información de forma constante, exponiendo a las organizaciones a una mayor probabilidad de sufrir incidentes de seguridad de dicha información. Ante esta problemática, la privacidad por diseño ofrece una solución para robustecer la protección de datos. Se trata de un enfoque de la ingeniería de sistemas que garantiza la protección de la privacidad de las personas y la privacidad de la información integrando consideraciones sobre privacidad desde el comienzo mismo del desarrollo de productos, servicios y prácticas comerciales, entre otros, y hasta la eliminación de la información. En otras palabras, integra en el proceso de desarrollo de bienes y servicios, un ciclo que, desde el inicio y hasta el final, debe adoptar las consideraciones necesarias para procurar el debido resguardo y manejo de la información.
La privacidad desde el diseño contempla una serie de principios para incorporar las disposiciones legales en la materia, con el objetivo de cubrir, de manera preventiva, los posibles riesgos que el manejo de la información requiere.
Se trata de siete importantes principios que no deben ser desatendidos al hablar sobre privacidad desde el diseño:
Anticipar los eventos que afecten a la privacidad antes de que sucedan. Recuerde que, la prevención es clave para el éxito de su negocio.
Garantizar la protección los datos de manera automática, aun y cuando no se cuente con el consentimiento informado de manera expresa.
Hacer que la privacidad forme parte integral de los productos y servicios de la empresa desde su inicio, en lugar de considerarla como un tema aislado.
Buscar siempre un balance de ganar – ganar. Recuerde que el no contar con la privacidad adecuada puede generar daños importantes a la organización, así como al cliente.
Garantizar siempre la seguridad de la información, de ahí la importancia de contar con sistemas de seguridad óptimos y actualizarlos constantemente.
Cuidar la transparencia en el tratamiento de datos, para demostrar diligencia y responsabilidad dentro del gobierno corporativo de su empresa, lo cual generará confianza entre sus clientes o usuarios y evitará o minimizará contingencias.
Garantizar los derechos de los titulares de la información, por lo que cualquier medida adoptada debe ir encaminada a garantizar su privacidad.
Así las cosas, es claro que, la prevención, por medio de la identificación de los riesgos legales frente a un robo o pérdida de información, de la mano con un análisis desde el punto de vista de la ciberseguridad, permitirá conocer las posibles debilidades de su organización, ofrecer alertas de seguridad al respecto, aprovechar las oportunidades de mejora, y ejecutar los controles que deben establecerse y los pasos que deben seguirse para cumplir con los principios ya desarrollados.
Aunque el tema parezca ajeno al ámbito legal, es todo lo contrario. La óptima aplicación de la privacidad por diseño requiere contar con la asesoría de un equipo multidisciplinario que incluye abogados, a fin de abarcar todas las aristas necesarias para crear un sistema sólido de protección de datos del más alto nivel, independientemente del entorno en el cual se desarrolle el diseño, ya sea tecnológico o mediante métodos más tradicionales.
Contar con la capacidad demostrada para asegurar y proteger los datos en el ámbito digital, tanto los suyos como los de sus clientes, es ahora reconocido como un imperativo empresarial, que genera a su vez, una ventaja competitiva frente a los demás.