Crear una cultura en la empresa le da nivel y competitividad

Carlos Cordero

pymes@elfinancierocr.com

¡¿Las malas palabras ayudan?! En un blog Gwen Moran, especialista en emprendedurismo, dice que sí, en especial porque cuando se presenta un incidente u ocurre un accidente pueden ser la fórmula de expresión natural y espontánea.

Lo llama el “lenguaje colorido”, dice que simplemente es un hecho de la vida en muchas empresas y afirma que ayudan incluso a construir camarería, según estudios recientes realizados este mismo año. Incluso cita a un profesor de la Universidad de Massachusetts, Timothy Jay, que explica que ese lenguaje es inofensivo en situaciones de alta potencia y alto estrés.

Más allá de los exabruptos laborales internos relacionadas con los incidentes diarios, la generación de una cultura en la empresa ayuda a elevar el nivel y la competitividad, donde cada colaborador debe saber qué se espera y cuáles son los límites.

1. Sea sincero acerca de la cultura de trabajo . Desde el inicio cada colaborador debe saber la diferencia cultural de la empresa, qué pueden encontrar y esperar, y cuáles son los límites y normas frente a proveedores, clientes y otros colaboradores. Esto implica que se debe decidir el tipo de ambiente que se quiere crear para modelar el comportamiento deseable en cuanto a vocabulario, tatuajes, vestimenta, cabello, conductas, resolución de conflictos interpersonales, aseo y confidencialidad.

2. Respete los sentimientos de los demás . Cada colaborador tiene sentimientos diferentes acerca del lenguaje y las conductas dependiendo de la edad, género, religión, educación y raza, lo que implica diferenciar cuándo se trata de un improperio por un accidente o un incidente fortuito y cuándo va dirigido contra otra persona en forma de broma o agresión. Debe asegurarse que cada uno se sienta cómodo, que no se sienta reprimido en expresar sus sentimientos ni agredido por otros que expresan sus sentimientos con un lenguaje salido de tono.

3. Desarrolle un ambiente de colaboración . La empresa debe construir un ambiente colaborativo, no competitivo ni agresivo, incluso con aquellos proveedores o colaboradores (contadores, abogados, asesores, operarios ocasionales) que no trabajan cotidianamente en la empresa o lo hacen de manera remota, a través del teletrabajo. De manera complementaria es clave fomentar la conversación y las conexiones casuales, de amistad entre los miembros del equipo, incluso creando redes sociales privadas dentro de la empresa. Ese sentido de conexión ayuda a mantener a los empleados motivados.

4. Mantenga videoconferencias y videollamadas . La comunicación es esencial y puede apoyarse en videoconferencias y videollamadas (puede usar herramientas como Google Hangouts o Skype), para establecer conversaciones personales cara a cara. Además, con servicios como iDoneThis puede comunicar el estado de cada persona en el trabajo, generando cohesión.

5. Refuerce su visión y misión . Si los empleados están dispersos, mental y físicamente, es fácil perder de vista el objetivo final. Realice alguna actividad (un retiro, una reunión anual, un intercambio de final de año) para repasar la actualidad de la visión y la misión de la empresa, el trabajo en equipo y reforzar el vínculo como grupo.

6. El estilo manda . El estilo administrativo define al gerente o propietario e influye directamente en la cultura de la empresa, por lo que le corresponde transmitir identidad, compromiso, estabilidad y toma decisiones basándose en premisas socialmente infundidas.

7. Construya una ética empresarial . Claro está que una ética empresarial –donde los colaboradores actúen en concordancia con valores y normas aceptadas a la hora de relacionarse con proveedores, clientes y entre sí- implica que se debe cumplir con las normas legales en los diferentes campos (laboral, ambiental, de seguridad social, etc.). La ética puede implicar contar con un código elaborado por un equipo interno y una estrategia de comunicación y actualización constante.

8. Favorezca la creatividad y la innovación . Esté abierto a las nuevas iniciativas, analizando los riesgos y oportunidades en forma colectiva, como una forma de fomentar y desarrollar un ambiente de innovación y mejora de productos, servicios y procesos, favoreciendo la implementación de las iniciativas e impulsando a que los colaboradores sean los que asuman la ejecución, la responsabilidad y los logros de cada mejora.