
Los arquitectos son parte de un sector en constante crecimiento y muchos se lanzan a crear su propio estudio. Para aquellos interesados, es importante que tomen en cuenta varios elementos para alcanzar sus objetivos.
Carlos Chinchilla, director general de zona empresarial en la recién pasada XIII Bienal Internacional de Arquitectura, expuso que para crear su propio negocio el primer paso de un arquitecto es reconocer los servicios que sean factibles y rentables.
Ese reconocimiento implica:
- Tener claras las necesidades del mercado en las que se va a enfocar la nueva empresa (siempre resulta aconsejable buscar un enfoque, una especialidad, una idea diferenciadora).
- Tener un plan para comunicarse de manera efectiva con los segmentos que desea alcanzar y convertir en clientes.
- Disponer del lugar, los equipos y las herramientas necesarias para brindar los servicios.
Un negocio no solo debe ser factible y rentable, sino que debe tener una propuesta de valor para diferenciarse.
La factibilidad se refiere a la disponibilidad de los recursos y de las condiciones claves para que una idea desarrollada como proyecto pueda transformarse en una realidad exitosa.
La rentabilidad implica los beneficios que es capaz de generar la empresa, en comparación con la inversión y el esfuerzo que requiere.
Para diferenciar la propuesta de valor es importante conocer a fondo las necesidades actuales y próximas, investigar qué ofrecen los competidores e identificar y utilizar uno o más elementos diferenciadores que sean relevantes para el posible cliente, que lo haga preferir nuestra oferta.
En el caso de los arquitectos, hay que tener claridad que en el sector muchos de los procesos del servicio a prestar son homogéneos y la mejor oportunidad para diferenciarse consiste en prestar atención a "cómo" se realiza el proceso.
"De esa forma, se logrará que el cliente se sienta favorablemente sorprendido y encantado de tratar con nosotros. Estamos hablando de nuestra implicación emocional además de la técnica-profesional", recalcó Chinchilla.
Empiece ahora
Siempre se dice que la mejor forma de emprender es empezar y empezar ahora.
Muchos creen que hay que "reunir todo primero" y "luego iniciar". Eso resulta paralizante y no coincide con el proceder de los emprendimientos exitosos.
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"De hecho, es uno de los tropiezos que debe superar un emprendedor o nunca arrancará", advirtió Chinchilla.
Desde luego, hay algunos aspectos formales básicos que deben resolverse al inicio: requisitos profesionales, legales y elaborar el Plan de Negocios, entre otros.
Afortunadamente, para iniciar este tipo de emprendimiento no se requiere de grandes sumas de capital ni necesariamente hay que adquirir o rentar la mejor oficina en las torres más elegantes y costosas.
Existen iniciativas de este tipo que van desde "oficinas prácticamente virtuales" hasta locaciones muy costosas y vistosas. La decisión depende de definiciones estratégicos y de capacidad financiera.
Tener socios es siempre una opción que debe ser profundamente analizada y muy bien definida en el documento societario.
En todo caso el emprendedor debe tener definido al menos siete requerimientos básicos para su negocio:
- Idea clara del negocio.
- Objetivos claros.
- Capacidad operativa.
- Capacidad para atraer y disponer de los recursos necesarios
- Capacidad organizativa, eficiente y flexible para adecuarse a los cambios.
- "Músculo": esfuerzo y persistencia.
- Estar dispuesto al aprendizaje.