Dos años y medio de trabajo en una historia que cuenta las aventuras de dos niños junto a un robot creado por su abuelo, empezaron a dar frutos esta semana para la empresa Morpho Animation Studio con la aprobación de $70.000 procedentes de los fondos Propyme.
Un equipo de unas 30 personas dio vida a "Felix the Robot Adventurer" (Felix, el robot aventurero), promovido en el Kidscreen 2011, el evento más importante del mercado del entretenimiento para niños, en el que se han exhibido otros proyectos de los miembros del Costa Rica Animation Holding.
Los buenos resultados obtenidos han motivado a varias de las empresas a buscar opciones de financiamiento en el país. En el caso de Morpho, recibió asesoría de la Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic) y se convirtió en la primera en su tipo que postula y obtiene fondos que opera el ministerio de Ciencia y Tecnología.
"Este apoyo recibido por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) por medio de los fondos Propyme, y bajo la supervisión de Camtic, permite que Morpho avance con el plan estratégico de Felix, el Robot Aventurero pues vamos a lograr cumplir una etapa de 10 cortos animados, que serán la base de las siguientes etapas", comentó el gerente de Morpho, Gustavo Madrigal.
Explicó que el concepto total de la serie es para un total de 52 episodios de siete minutos cada uno. La historia, que relata las aventuras de una pareja de gemelos que conocen a Felix, un robot creado por su abuelo, desarrolla aspectos relacionados al ambiente para enseñar a los niños sobre el balance entre tecnología y naturaleza.
En el proceso de preproducción participaron más de 250 niños de entre tres y seis años de edad, que opinaron sobre la historia, los personajes y otros aspectos de la trama. Morpho estima que para la producción de una primera temporada se generarán entre 50 y 100 puestos de trabajo para el talento costarricense.
Madrigal explicó que la escogencia del segmento de 3-6 años se debe a que cerca del 75% de la personalidad de los niños se forma antes de los 7 años, por lo que determinaron que esas edades serviría para implantar a través de los animados, valores y conocimientos sobre desarrollo sostenible.
“Este proyecto podría convertirse en un excelente caso de éxito a nivel internacional, que demuestre cómo la industria creativa contribuye en el desarrollo del talento local y en el impulso de la economía del conocimiento”, comentó Alexander Mora, presidente de Camtic.
La Cámara “ha desarrollado una estrategia para apoyar a sus asociados en la consecución de fondos y la presentación de proyectos ante diversas instancias nacionales e internacionales”, resaltó el director de Camtic, Otto Rivera, al señalar que los atractivos de la propuesta de Morpho pasaban por su alta calidad, su temática, así como el avance en las diferentes etapas de pre-producción, ya que la empresa había invertido en un proceso de investigación muy completo que incluyó estudios con niños, donde por ejemplo, definieron cambios, como el color del robot, que inicialmente era anaranjado y terminó en azul.
El empujón de Camtic también valoró el perfil internacional de la iniciativa, ya que incluso se mantuvieron reuniones con productores, distribuidores y canales de televisión internacionales, pues la idea es presentar los cortos en Latinoamérica, con un mercado de 41 millones de niños que ven televisión abierta.
Otra pyme de animación que decidió lanzarse a la búsqueda de apoyos financieros es Studio Flex, que fue inscrita para concursar por fondos de capital semilla con un proyecto avalado por la incubadora Auge de la Universidad de Costa Rica. La firma también es parte del holding y durante el Kidscreen encontró mucho interés en la idea de su serie “Circo de Pulgas”.
Roberto Guillén, uno de los socios de la empresa, explicó que los estudios de animación decidieron trabajar juntos, cada quien respetando su especialización, pero reconociendo que para afrontar proyectos grandes es necesario unirse.
“Hay muchas oportunidades para pequeños estudios o pequeñas agencias creativas de generar propiedad intelectual y ya hay casos de éxito de productos costarricenses que se están exhibiendo en canales por el mundo, por ejemplo en Disney Channel Japón”, dijo Guillén.
Tras explicar que antes los estudios de animación se dedicaban principalmente a producir para otros, por encargo, comentó que ahora se están dando cuenta que “en Costa Rica la riqueza no está en la maquila, sino en la generación de contenido propio (original), porque tenemos todo: la creatividad, la preparación técnica y hasta los costos de producción, que no son tan bajos como en Asia ni tan altos como en Estados Unidos”.