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Tropezar es común, pero las empresas -especialmente las pequeñas y que apenas están empezando- deben aprender a salir bien paradas sin afectar la confianza y la reputación ante sus clientes.
Normalmente las empresas pueden verse afectadas por diferentes factores. Hace una semana vimos los errores que se deben evitar.
Estos son factores que pueden afectar a la empresa independientemente de la inteligencia, el conocimiento y las habilidades personales:
-Ejecución deficiente de los proyectos del negocio.
-El mercado no tiene viabilidad.
-La empresa no tiene ventaja o diferencia competitiva.
-Enfrenta a fuertes competidores y no definió su nicho de mercado en el cual situarse o el que escogió es demasiado pequeño y no es rentable.
-No cuenta con estrategias de producto, precio, comercialización y mercadeo o la que tiene definida es muy débil.
-Pésimo servicio al cliente.
-Poco crecimiento de ventas y utilidades.
-Carga excesiva de deudas y obligaciones.
-Descapitalización de la empresas, por inversiones que se realizan con pocos recursos y que no dan resultado.
-Desacuerdos entre socios o con colaboradores, conflictos de interés
-Problemas legales por permisos, patentes, derechos de propiedad, laborales, ambientales, reclamaciones de clientes, problemas con proveedores o tributarios.
-Falta de asesoramiento empresarial, financiero, laboral y legal.
-Crecimiento más rápido de lo previsto y de la capacidad de opeación para satisfacer la demanda.
-Crisis económica y aumento de la competencia.
¡Claro que a nadie le gusta fracasar! Cada situación puede enfrentarse adecuadamente.
Lo primero es no dejarse hundir por la caída de la empresa y con ella de los esfuerzos y sueños. Puede incluso que una situación de fracaso ocurra dos o tres veces durante la vida productiva de un empresario o empresaria, quien aprenderá a pasar del abatimiento a la preocupación y a la decisión de reiniciar más antes de lo pensado.
La diferencia entre el que es empresario y el que juega a serlo se verá en el manejo del personal (incluyendo tener que despedir); la capacidad para renegociar contratos con proveedores, acreedores y clientes; asociarse con otros inversores; hacer frente a demandas legales; cobrar a los clientes; responder a todos de forma adecuada; y poder dormir.
Para los empresarios reales las diferentes situaciones que enfrentará le dejarán una cicatriz, pero sabrá salir adelante a sabiendas que su reputación se hace en más en los malos momentos que en los buenos.
Lo primero que se debe fijar es cuánto tiempo le queda y tratar de aumentar la sobrevivencia de la empresa por un cuarto de tiempo más.
Lo segundo es tener claro cuál es el negocio principal y cuál es el más fuerte , con el objetivo de definir qué acciones tomar con cada producto y área de la empresa.
Lo tercero es revisar el personal que requiere , deshaciéndose de los colaboradores que no son básicos o fundamentales, revisar salarios en comparación con el mercado, contratar por horas y de forma externa ciertas labores, y hable claramente con el personal.
El cuarto paso es hablar con los acreedores y el propietario del local . Expliqueles que esta en un 50% de posibilidades de quebrar y en un 50% de posibilidades de seguir, por lo que se requiere la colaboración para renegociar los contratos. Recuerde que el silencio no es una buena estrategia; ellos prefieren perder un porcentaje de ganancias o ingresos a perder totalmente un negocio, más que afuera también tienen mucha competencia (Usted se podría trasladar a otro local más barato y disponible fácilmente).
Hable también con los clientes que le deben dinero y cuyos plazos ya se cumplieron. En la misma línea que habló con proveedores y acreedores, es importante recurrir a los clientes, entre los cuales encontrará muchos que desean continuar con Usted y mejorar condiciones. Hablando con ellos podría mejorar los compromisos para obtener un respiro.
Dé el ejemplo. Si pide sacrificio a colaboradores, acreedores y proveedores, Usted también deberá mostrar su cuota de sacrificio y que ésta es mayor que el solicitado a ellos.
Venda. Si no puede vender, su productos es un hobby. Vaya mostrando las estadísticas de avance en cuanto a ingresos, volumen, clientes y otros datos de interés para fortalecer la empresa.
No atrase este proceso de decisiones. Tome las medidas necesarias en el momento que se requiere. No espere para cuando ya no es posible salvar nada.
Tenga en cuenta que cuando una puerta se cierra, se abren otras . No hay vergüenza en el fracaso, pero hay fallas aceptables y otras que no son aceptables. Si se sabe enfrentar los problemas e incluso una quiebra, podrá lanzar de nuevo una empresa con más ayuda y en menos tiempo del que piensa.