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Ropa, música en CD y películas en DVD, consolas electrónicas, programas informáticos, celulares provenientes del “mercado gris”, relojes, accesorios, perfumes, joyería, bebidas, alimentos y licores, entre otros, son parte del universo de productos pirateados, clonados o contrabandeados que se ofrecen cotidianamente en el mercado. Y no solo en las ventas callejeras.
Pero antes de comprar, distribuir o usar productos pirateados debe detenerse y reparar en las consecuencias que puede acarrearle a su empresa: legales, comerciales, afectación a la imagen corporativa, y hasta la negación de servicios de actualización, soporte y reparación (normalmente los productos pirateados no tienen stock de repuestos ni garantías).
Para evitar ser víctima de la piratería debe tener claridad sobre el origen y la legalidad de los productos que comercializa y usa en su empresa, educar a sus colaboradores, y realizar auditorías con apoyo de especialistas o de las mismas empresas fabricantes. Asì mismo, registre sus marcas para evitar que otros clonen sus creaciones.
“Actualmente existe un importante número de productos que son falsificaciones y que se encuentran fácilmente en el mercado”, advirtió Antonio André, presidente de la Cámara de Comercio de Costa Rica. “Son productos que difícilmente cumplen con los estándares de los originales y su producción o venta constituyen violaciones a la propiedad intelectual, así como son una competencia desleal para las empresas que si distribuyen productos originales”.
No existe una estadística de los diferentes productos que son comercializados de esta forma, pues los organismos gremiales de cada sector (cámaras, asociaciones y fundaciones empresariales) manejan sus propias estimaciones y usan diferentes metodologías de medición.
“Otras estadísticas no son muy confiables pues la mayoría de la actividad indicada está en la informalidad”, señaló Pablo Duncan-Linch, especialista en este campo y socio director de la firma CLC Centroamérica. “Se percibe un incremento en piratería que violenta esquemas de character merchandising con derechos de autor, marcas o diseños industriales registrados”.
En el caso del sector informático la Business Software Association (BSA) indica -con base en estudios de IDC, una compañìa de estudios de mercado tecnológico- que la tasa mundial de piratería de software llegó a 42% en el 2010, lo que representa un incremento de 14% respecto al 2009.
La BSA -que está conformada por varias reconocidas firmas internacionales en este campo- señala que las economías emergentes "consumieron" el 50% del software a nivel mundial en el 2010, pero pagan menos del 20% de las licencias.
“La piratería de software es un grave problema que daña la industria, a manera global, a las economías locales y a los usuarios”, dice Max Orellana, director de propiedad intelectual de Microsoft.
Orellana agrega que esta situación provoca la pérdida de miles de trabajos alrededor del mundo e incontables horas de improductividad en las compañías, reduce la capacidad de la industria de innovar y los ingresos fiscales del gobierno, al tiempo que promueve la delincuencia cibernética y los problemas de seguridad.
“De igual forma, los desarrolladores de software también pierden oportunidades de trabajo y de resarcirse por sus creaciones”, destaca.
Consecuencias
El especialista legal Pablo Duncan-Linch advierte que -si bien en “algunas ocasiones” se cuestiona la efectividad de la normativa legal- existen espacios para su aplicación.
De hecho las empresas que comercialicen falsificaciones se exponen a sanciones por daños y prejuicios frente al uso ilegítimo de marcas registradas, así como acciones penales por el mal uso, o uso no autorizado de las marcas, así como el decomiso de las mercaderías, de acuerdo con la Cámara de Comercio.
En el caso del sector tecnológico cuando se adquiere o instala un software pirateado se aumenta el riesgo de contraer virus, gusanos y otros programas maliciosos, incluyendo spyware y troyanos que sustraen información confidencial del negocio y bancaria, así como dañan los sistemas, ocasionando pérdidas de información, operación y financieras.
Solo el costo de recuperación para una empresa de un solo incidente de software malicioso, en una computadora personal o estación de trabajo, puede superar los $1.000; la pérdida de datos y el riesgo de pérdida de información puede rondar $10.000 por incidente.
Las acciones legales que puede acarrearle a una empresa que comercializa o utiliza productos falsificados van desde medidas cautelares, que incluyen el cese inmediato de los actos que constituyen la infracción, el embargo de las mercancías falsificadas o ilegales, la suspensión del despacho aduanero de las mercancías y es factible en ciertos casos que se ordene su destrucción.
Adicionalmente, existen delitos y sanciones económicas que incluyen diferentes actividades y conductas como la venta u ofrecimiento para la venta, almacenamiento, importación, exportación, distribución, empaque, embalaje, envase, de manera que cause perjuicio a los derechos exclusivos conferidos. Algunos delitos establecen penas de hasta tres años de prisión.
“Una pyme que comercialice productos pirateados podrá tener problemas para exportar sus productos y para establecer alianzas o participar en clusters y en encadenamientos productivos con empresas transnacionales”, agrega Duncan-Linch.
Tome medidas en su empresa
Considere que las leyes y acciones contra la piratería se están incrementando y que en algunos casos -como en el tecnológico- las mismas organizaciones gremiales y empresas pueden falcilitar la adopción de productos legales.
“Nosotros recomendamos realizar auditorías regularmente para asegurarse la legalidad del software y que están obteniendo los máximos beneficios de sus aplicaciones, de esta forma, también protegen sus negocios contra los muchos riesgos producto de la piratería de software”, dijo Orellana.
Si usted es el representante legal de la empresa y detecta el uso de software sin licencias, lo primero es generar una política clara que establezca que eso no es aceptable y acudir al proveedor de software de confianza para comenzar a los pasos a seguir para poner la denuncia.
La adopción de políticas claras de cero tolerancia a la piratería de software implica asegurarse de conocer y poder identificar la diferencia entre un producto original y uno pirateado con apoyo de un asesor técnico de confianza, conocer las características fundamentales del software original: sellos, hologramas, soporte de llaves y claves de activación.
Además, se debe promover una mayor educación en este campo, pues -de acuerdo con Duncan-Linch- la mayoría de las infracciones están relacionadas con ignorancia y no con una actitud deliberada y delictiva, muchos empresarios y usuarios suspenden su actividad al ser advertidos, y no se tiene una cultura adecuada de propiedad intelectual, en especial a nivel de usuarios y de mipymes, lo cual es diferente al caso de organizaciones delictivas.
Duncan recomienda realizar un inventario de propiedad intelectual con un especialista para saber cuáles son sus activos no tangibles y cuál es la utilización de los derechos de propiedad intelectual de otros, de forma que se pueda generar una política empresarial-laboral y un sistema de administración de sus activos intangibles.
Para André, de la Cámara de Comercio, un distribuidor de productos legítimos debería contactar a la empresa o fabricante que cuenta con los derechos para hacerle saber que se está haciendo mal uso de sus productos, lo cual podría implicar la adopción de medidas legales.
En el caso de una pyme que desee evitar que le clonen sus productos y se haga uso indebido por parte de otros es necesario que inscriba sus marcas y nombres comerciales.