Un matrimonio de emprendedores de la reserva indígena bribri Amubri, en Telire de Talamanca, estableció hace tres años su empresa de transporte de estudiantes y hoy su negocio se ha fortalecido gracias a una serie de decisiones que les permitieron crecer.
Se trata de la maestra de preescolar y empresaria de 32 años, Mayra Vásquez Oliver, y de Carlos Sánchez Álvarez, de 36 años y también empresario.
En el 2012, a solicitud de funcionarios del colegio Sulayom, en Amubri, empezaron con su carro Galloper a trasladar a cuatro jóvenes becados que requerían transporte.
Aunque al inicio el ‘negocio’ solo les generó pérdidas, pues la cantidad de kilómetros que viajaban era muy larga y el pago no costeaba los gastos de combustible, decidieron otorgar sus servicios por un mes como una forma de acción social.
Poco a poco la cantidad de jóvenes fue aumentando: hoy son alrededor de 259 muchachos, en horario diurno y nocturno (otro colegio opera en las instalaciones de Sulayom en la noche).
Para alcanzar esa cantidad de población tuvieron que adquirir varios vehículos: actualmente cuentan con 3 buses, uno de ellos lo utilizan para transportar estudiantes; y con 2 busetas, una con capacidad para 15 personas y otra para 23 personas.
Con el vehículo Galloper llegan a áreas en las que el bus o la buseta no pueden entrar.
También transportan a pobladores de la zona, a raíz de que la asociación de desarrollo indígena de esta región les otorgó este servicio. Igualmente, transportan a particulares como turistas y visitantes.
¿En qué radica el éxito de este emprendimiento?
1-Supieron aprovechar la oportunidad que les brindaron, no dijeron “no quiero” o “no puedo”. Hubo visión empresarial.
2-Invirtieron en equipo de transporte para cumplir con la demanda. Al inicio, el dinero provino de sus ahorros.
3-Decidieron sacar los permisos respectivos para operar legalmente y recibir la adjudicación del Ministerio de Educación y el aval de la asociación de desarrollo indígena del sitio.
4-Contrataron personal para otorgar un mejor servicio: cuentan con tres choferes y hay un mecánico que le da mantenimiento a las busetas y buses.
5-Solicitaron financiamiento cuando lo requerían, pues reconocieron que su patrimonio no era suficiente: primero acudieron a la Caja de Ande y luego a Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible.
6-Se capacitaron en el campo empresarial: Mayra, copropietaria de la empresa, aprovechó que el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) ofreció un técnico medio en administración de empresas por dos años en Talamanca y obtuvo su título. Este curso, afirma, la motivó a seguir emprendiendo.
“Eso me animó más, también a mi esposo. Aunque él no iba al curso, yo venía y le contaba todo lo que nos daban en las clases”, recordó Mayra, quien es de origen indígena y creció en la zona. “Nosotros no tenemos mucho dinero para invertir. Pero, nos decían los profesores, que si hay constancia, trabajo, orden, planeamiento, se pueden lograr muchas cosas”.
Aunque Mayra reconoce que "no tienen un 100% en todo", asegura que trabajan para que la empresa siga creciendo y mejorando.
“En la vida, decían los profesores del TEC, hay dos caminos: sentarse en una piedra a ver el paso de los triunfadores y pasarse toda la vida ahí sentado, o levantarse de esa piedra y triunfar con ellos", enfatizó la maestra.