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¿Está en el momento cuándo siente que debe estar en un lugar donde sí le reconozcan las ideas: su propia empresa? ¿O está por terminar sus estudios y piensa que mejor da el salto a tener un negocio antes que atarse a una compañía o a una institución?
Para tener su propio negocio hace falta más que voluntad. Hace falta evaluar las condiciones propias y de la idea. Hace falta tener claro múltiples detalles que no pueden dejarse de lado.
Y hay varias claves fundamentales para dar el paso:
-Haga algo excepcional. En lugar de preguntarse qué es lo que puede hacer y de trabajar a conciencia para lograrlo, deberá enfocarse en: ¿Qué puede hacer de forma excepcional? Vaya más allá de lo que ofrecen otras empresas en su ramo, descubra un problema que tengan los clientes y al que pueda brindar una solución superior con su habilidad, conocimiento, destrezas y experiencia. Esa es su oportunidad. Concéntrese en encontrar la forma de mejorar la forma cómo otras empresas están atendiendo ese problema de los clientes.
-Rompa los hábitos. La rutina es un camino que no da el chance para brindar respuestas excepcionales a los problemas de los clientes. No se ajuste a lo que la industria y las empresas vienen haciendo en el mercado específico donde Usted quiere tener propia empresa. Vaya más allá. “Piense diferente”. Si brinda una solución similar a la del resto –sin valor agregado- será difícil distinguirse entre los demás y que sus clientes –actuales y potenciales- puedan diferenciar a su empresa de las otras. Eso implica que se debe dominar la forma cómo se han venido haciendo las cosas en la industria y enfocarse en ir más allá.
-Descubra los errores. Antes incluso de lanzarse al agua debe estar pendiente de los detalles, revisar bien lo planeado y cómo se va ejecutando. Identifique los posibles errores en diseño, fabricación, servicio, comercialización, mercadeo y gestión de los productos que lanzará. Sea exigente al máximo y no admita ningún yerro: pida que corrijan los defectos encontrados y vaya más allá de una solución simple y rápida. Considere que en el mercado hay cosas que se logran, simplemente porque nadie sabía que no se podían hacer.
-Salte sobre los obstáculos. Las circunstancias externas pueden afectar, pueden obligar a tomar otra ruta para llegar a la meta; pero lo que no puede cambiar es la determinación para llegar a su objetivo. Se requiere actitud, determinación e inteligencia para descubrir y aprovechar una oportunidad… y todos tienen la suya. No será fácil. Requerirá especialmente grandes dosis de voluntad para no desviarse de la meta de tener la empresa propia y requerirá grandes dosis de inteligencia para llegar a ella. Lo fundamental es descubrir el talento que cada quien tiene y en permitirse no desmayar para encauzarlo hacia su propio negocio.
-Genere capital. Ahorre, administre, genere y cultive el capital. El ahorro le permitirá tener los recursos para iniciar el negocio y a partir de esa semilla generar beneficios que puedan reinvertirse y hacer crecer el valor de la empresa. Los inversionistas de capital ángel o de riesgo, así como los bancos, tienden a apoyar a quien demuestra la capacidad y la mentalidad de crear, generar y hacer crecer el capital, en quien tenga la disciplina y los hábitos para ser consistente con sus intenciones.
-Cultive sus habilidades. No puede permitirse que el rendimiento de la empresa sea bajo o pobre. El éxito de la empresa requiere conocimiento de los muchos aspectos del negocio (manejo de clientes, proveedores, alianzas y colaboradores; saber vender, gerenciar, manejar las finanzas; descubrir oportunidades de mejora). Las posibilidades de desarrollo y consolidación de una empresa aumentan con la experiencia que tenga el emprendedor en la industria en la que va a fundar su compañía y quiere competir. Por ello, se requiere igual determinación para el aprendizaje y potencializar la experiencia que ha alcanzado.