Un robot creado para ser usado por niños, para que los infantes puedan programar por sí solos y, de paso, aprendan los contenidos de sus clases. Bajo esa idea nació Octy.
El robot ya está en preventa y ha sido probado por niños e incluso ha llegado a las aulas, de acuerdo con John Pereira, CEO de Uyrobot, .
Octy está pensado para niños de cuatro años en adelante. El objetivo es que sea una herramienta didáctica, un elemento motivador que despierte la curiosidad del niño para que le resulte más fácil aprender distintas materias.
“La idea, como estamos hablando de niños pequeños, es que el robot los ayude a aprender los primeros conocimientos de una forma divertida y eficiente”, según detalló Pereira, quien estuvo presente en el pasado Singularity University Summit, con un stand de exposición de Octy.
¿Qué tan ágil es el robot y cuánto permite hacer? Lo que podrá realizar el dispositivo está abierto a la imaginación de los niños, siempre y cuando estén dentro de sus funciones de programación que son bastante amplias.
Sus capacidades se ven potenciadas para un uso didáctico. Dado que objetivo es que Octy se use para aprender y enseñar, la empresa decidió crear un manual pedagógico, basado en el currículo de primera infancia del Ministerio de Educación Pública (MEP).
En línea con el MEP
Uyrobot creó 20 guías que ya están disponibles en la página web del robot y que se pueden consultar de forma gratuita. Están diseñadas para los docentes y en detalle buscan que los educadores puedan plasmar el uso del robot en las distintas lecciones que imparten.
El detalle de estas guías se basa en el programa de primera infancia del MEP. Las guías detallan qué materiales y qué accesorios de Octy utilizar de forma detallada, siempre bajo la premisa de que el robot se amolde a la clase.
Las guías desarrollan, cada una, cinco lecciones específicas. En total son cuatro ejes temáticos:
- Conocimiento de sí mismos.
- Expresión, comunicación y representación.
- Interacción con el medio.
- Interacción social y cultural.
Uyrobot trabajó con distintas escuelas y varios proyectos educativos. Eso sirvió para que Octy llegue a clases. De hecho, el mismo robot fue probado y el éxito con los niños, su público meta, es destacado.
“Nosotros los llamamos clientes de confianza. Hemos hecho pruebas durante la etapa de desarrollo e incluso ya adquirieron algunos Octys, sabiendo que está en fase de prototipo. Hemos tenido muy buenos resultados", explicó Pereira.
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Posted by Octy Robot on Sunday, February 9, 2020
Este proceso de testeo en escuelas también ha servido para fortalecer el robot. En el camino surgieron algunos cambios que se nutrieron de los aportes del mismo cliente.
Por ejemplo, desde cambios estéticos (como agregarle un bigote al robot) hasta ampliar sus funciones mecánicas, al habilitar la posibilidad de que dibuje o pueda agarrar objetos con una garra.
De igual manera, se realizaron talleres para que el robot sea probado por niños fuera de las clases.
La empresa, de origen uruguayo, desarrolló pruebas en ese país en conjunto con la Fundación Telefónica.
El resultado es que los niños terminan aprendiendo a programar y los contenidos de las distintas materias al “enseñarle” ellos mismos a Octy las distintas funciones.
“Les resulta muy fácil de usar. Sin mucha explicación ya están haciendo que el robot se mueva e interactúe con otros objetos. Les encanta disfrazarlo, agregarle cosas. Creemos que, en cuanto al aprendizaje, realmente se logra el objetivo”, detalló el creador del dispositivo.
Programación en tres niveles
Hacer que Octy se mueva, cambie de color o suene su bocina, entre otras funciones, se puede lograr con tres niveles de programación distintos.
Aunque todos siguen la misma línea, un sistema sencillo para que pueda ser comprendido por niños pequeños, cambia entre una plataforma y otra.
El sistema está pensado para que el niño lo pueda programar solo, o con la menor participación posible de un adulto.
En esta parte, hubo un desafío importante aunque con resultados satisfactorios.
“Después de que se resuelven los primeros pasos, ellos podrían usar completamente solos el software. Está todo con imágenes”, explicó Pereira.
Uno de las opciones de programación es Blocty digital.
Consiste en una serie de imágenes que corresponden a funciones específicas. Por ejemplo, una imagen de Octy con una flecha al frente, significa “Adelante”.
La imagen in foco da la función de encender las luces.
Los niños crean una secuencia de imágenes (código) y el robot procederá a hacer el comando solicitado.
El robot puede ser controlado remotamente con una aplicación con el teléfono celular o tablet, que permite que realice movimientos y encienda las luces, por ejemplo, sin necesidad de crear un código.
Finalmente, está el Blocty físico.
Es una serie de bloques en los que se representa el lenguaje de programación de forma física. Esta opción es, según Pereira, la parte más innovadora de este robot.
Es un lenguaje de programación tangible con bloques que realmente el niño puede armar. Funcionan como un rompecabezas que finalmente dictarán los comandos del robot.
Estos bloques de momento están en la etapa final de pruebas.
Ventas
Aunque uno de los objetivos es que el robot sea utilizado en clases para impartir los distintos conocimientos, también fue pensado para que sea adquirido de manera particular.
La fácil usabilidad que tiene permite que el niño lo maneje sin requerir una extensa supervisión adulta.
Las pruebas demostraron que la mayoría de los niños solo necesitan una primera explicación, dado que no requiere que el niño sepa leer.
El robot ya se encuentra en preventa y en los próximos meses se dará su lanzamiento oficial.
Las primeras entregas se realizarán en marzo y tiene un precio de $184 con el envío incluido.
La caja incluye el robot, un cargador con baterías recargables, algunos aditamentos como las manos y un bigote, además de los dispositivos extra para dibujar: uno diseñado para marcador grueso y otro para marcador fino o lápiz.
Hay una serie de accesorios que puede extender sus funcionalidades, más allá de los bloques de programación físicos.
Por ejemplo, la pinza, un micrófono, una grúa y un disfraz acuático que aún está en desarrollo.