La Universidad Hispanoamericana cuenta un laboratorio de ingeniería con aplicaciones para Internet de las cosas, inteligencia artificial y telemática desde el 21 de agosto pasado. Invirtió en este más de $500.000.
A la par tiene un centro de simulación donde los estudiantes de ingeniería, informática, electrónica y administración de negocios interactúan en la toma de decisiones en gestión, operación y mercadeo con las nuevas tecnologías en casos empresariales reales.
"Estamos respondiendo al reto que implican estos procesos tecnológicos", dijo Jeffry Jones, gerente de la Universidad Hispanoamericana.
Costa Rica tiene la cobertura educativa, centros académicos y técnicos, y universidades para preparar el talento que se requiere ante el cambio tecnológico y los empleos del futuro. En lo que debe mejorar es en calidad, competencias y perfiles, así como en la respuesta de las autoridades de educación para aprobar la actualización de las carreras universitarias.
“La buena noticia es que el cambio se puede hacer en poco tiempo”, afirmó Felipe Child, socio de McKinsey & Co., durante un evento el pasado 7 de noviembre y organizado por la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
Entre los cambios propuestos está fortalecer las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (conocidas en inglés como STEM), la formación en idiomas, técnica y vocacional, y elevar la inversión en calidad educativa.
Aparte de responder a las exigencias del empleo del futuro, también se debe mejorar la posición educativa a nivel global.
Costa Rica retrocedió en el diagnóstico del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), realizado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en matemáticas, ciencias y lectura en el 2015, con respecto al 2012. El país se ubicó en el puesto 55 de 72 países evaluados.
Competencias para el futuro
Que los cambios en el sistema educativo se puedan implementar con metas a diez años no implica empezar después de que se despejen los nublados del día.
Lo que más llama la atención es la brecha de los centros educativos y el mercado de empleo, pues a nivel docente se piensa que preparan a sus estudiantes para el mercado laboral mientras en las empresas creen lo contrario.
"Debemos pensar si es educar por educar o educar para la empleabilidad", recalcó Luis Gamboa, presidente de Cinde.
Las nuevas tecnologías, aparte de sustituir oficios, transforman las operaciones, advirtieron también Fabio Gandour, jefe científico de IBM Research en Brasil, y Sara Skvirsky, directora de investigación del Institute for the Future, de Palo Alto, California, en la actividad de Cinde.
Eso exige estrategias de educación a los niños que ingresan a la escuela para trabajos que hoy no existen. "Los cambios no pueden abordarse con métodos tradicionales", dijo Skvirsky.
La especialista explicó que las nuevas realidades exigen el aprendizaje continuo y el cambio de rol de los docentes, así como nuevas habilidades (véase recuadro "Educación del futuro").
Brechas y esfuerzos
Reducir la brecha entre la formación en las aulas y laboratorios y lo que los sectores productivos demandan no es el mayor de los retos.
Cinde indica que sólo el 16% de las carreras universitarias son de STEM, áreas que a nivel internacional son consideradas como claves para el crecimiento económico, la innovación y la creación de "buenos empleos".
La misma demanda en STEM se transforma. En Estados Unidos creció más la oferta de empleo para profesionales de tecnología de la información, en especial en ciencias de datos, que en las otras áreas, según la red social LinkedIn y del sitio de empleos Glassdoor.
En Costa Rica, precisamente, las empresas tienen dificultades para hallar personal en puestos de técnicos e ingenieros en producción, operaciones, mantenimiento, tecnología de información, mecánica y electricidad, entre otros.
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Las universidades, como en el caso de la Hispanoamericana, parecen responder.
La Universidad de Iberoamérica (Unibe) y la Universidad de Ciencias Médicas (Ucimed) utilizan plataformas de inteligencia artificial y de simulación en salud.
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Marlen León, vicerrectora de docencia de la Universidad de Costa Rica (UCR), dijo que este centro está revisando los perfiles de salida de los profesionales para ajustarlos a las demandas laborales, proceso que concluiría en el 2019.
Además, la UCR ha invertido más de ¢26.678 millones en instalaciones (aulas, laboratorios, edificios) en sedes regionales y carreras de ciencias básicas, ingenierías y física, entre otras, donde se requiere desarrollo de habilidades en ambientes automatizados
"Cerca del 50% de nuestros estudiantes trabaja desde ya en entornos virtuales", dijo León.
Laura Ramírez, directora de calidad académica e innovación de la Universidad Latina de Costa Rica, afirmó que aquí también se invierte en tecnologías e infraestructura de punta, lo que incluye laboratorios, entornos virtuales y alta tecnología, y laboratorios de experimentación y simulación en salud, entre otros.
También se impulsa el rediseño, acreditación y creación de carreras que respondan a las demandas del mercado. Pero no es suficiente, pues se requiere mayor celeridad de las autoridades de educación para crear carreras y actualizar las actuales.
"Necesitamos mayor premura por parte de las instancias reguladoras", advirtió Ramírez.