En la actualidad es imprescindible ofrecer conexiones inalámbricas a Internet con redes WiFi a los clientes y colaboradores en cualquier empresa o evento. Y tener una buena red también es un requisito ineludible.
“La capacidad de la red WiFi y cómo administrarla es la parte más complicada”, dice Ramón Gascue, director de la ExpoTelecom, que en octubre pasado reunió a 40 firmas expositoras y tuvo una asistencia de 3.200 personas.
¿Cómo garantizaron que todos obtuvieran la conexión que requerían?
Primero tomaron en cuenta la cantidad de asistentes y de expositores, así como los tipos de usuarios: los asistentes bajan información desde smartphones y los expositores desde laptops , principalmente.
Establecieron la capacidad de Internet que se requería (un mínimo de 100 megas) y lo dividieron en las diferentes áreas, con el fin de equilibrar las cargas y dejar conectividad suficiente para cada participante: patrocinadores, público, sala de conferencias, prensa y comité organizador. Luego asignaron los canales de acceso respectivos.
“Esto evita el efecto ‘de la fiesta’, donde todos gritan pero nadie oye y mientras más grita uno, más grita el otro y al final es un caos”, afirmó Gascue.
Así, teniendo en cuenta la cantidad de usuarios y la capacidad necesaria se puede resolver parte del asunto. Sin embargo, nada es estático, pues se debe estar analizando el uso y la capacidad de las redes en forma constante.
“El análisis de la red inalámbrica no es algo que se ejecuta al inicio y solo una vez”, advirtió Felipe Meza, ingeniero de Cisco para Centroamérica. “Cada cierto tiempo, y en especial en ambientes que cambian su distribución, infraestructura o número de personas, se debe realizar análisis sobre el estado de la red”.
Factores y recursos
Tal como se hizo en la ExpoTelecom 2014, es necesario analizar los requerimientos de ancho de banda con base en las necesidades de la empresa, los flujos de datos (aplicaciones, bases de datos, etc.) y las opciones existentes de conectividad, redundancia y calidad de servicio.
Se debe considerar, además, el número de dispositivos (computadoras de escritorio y portátiles, smartphones , tabletas, televisores, cámaras, etc.) y el tipo de contenido (sitio web, películas de alta definición, juegos en línea y resolución de cámaras).
“Son factores que influyen en la calidad de la conexión. Mientras más dispositivos y mayor exigencia de ancho de banda necesite cada aplicación o uso, mayor deberá ser la velocidad que se debe contratar al operador”, aseguró Danilo Esquivel, gerente regional de D-Link.
Hay dos factores fundamentales para garantizar la buena experiencia de conexión: el balance de capacidad y cobertura, en primer lugar, y la habilitación de funcionalidades avanzadas en el punto de acceso, en segundo.
Esto implica que se debe determinar la cantidad máxima de usuarios que se conectarán simultáneamente en el momento de mayor demanda (capacidad) y la distancia máxima a la que se puede alejar un cliente del punto de acceso (cobertura).
Así se define la cantidad y ubicación de puntos de acceso y de extensión de señal requeridos, la red eléctrica para que los equipos funcionen de manera óptima y la red de cableado estructurado, para transmitir la mayor cantidad de datos por segundo y con la menores pérdidas posibles.
En cuanto a las funcionalidades avanzadas se busca evitar las interferencias de señales de radio que existan en el entorno, automatizar los ajustes de frecuencias y la potencia de transmisión para zonas que tengan débil cobertura o que se vean sin señal debido a equipos de acceso que accidentalmente salgan de operación, y garantizar el roaming avanzado, para que el usuario no pierda la señal conforme se moviliza en el espacio.
Evitar caídas
Las empresas deben garantizar el servicio ante eventuales problemas de los equipos o enlaces.
La redundancia para evitar la caída total de Internet en caso de que una conexión salga de servicio, debe ser tanto externa como interna. También hay que contar con un esquema a nivel de controladores inalámbricos que responda de manera inmediata a las caídas en los equipos y que sostenga la conexión a Internet.
Todo esto para los usuarios debe ser transparente: no deben darse cuenta. Para ellos, el servicio debe mantenerse en forma permanente.
El diseño que se obtenga debe actualizarse en forma constante conforme evolucionan las necesidades de los usuarios internos y externos, así como para resolver vacíos y debilidades del diseño original de la red.
Esquivel también destacó –a la hora de elegir sistemas y equipos de WiFi– la conveniencia de poder administrar esa red en forma remota, incluso mediante apps móviles, así como de contar con proveedores locales que tengan técnicos disponibles.
Cuidar detalles
Al instalar una red inalámbrica con tecnología WiFi considere:
Usuarios y dispositivos: Determine la cantidad de usuarios y dispositivos que tendrán para conectarse.
Canales: Establezca la capacidad máxima que requerirá en los momentos de mayor demanda y defina canales o redes para cada tipo de usuario (clientes, personal, etc.) y por áreas.
Infraestructura: Cuente con cableado estructurado y red eléctrica en condiciones óptimas.
Gestión y soporte: Utilice equipos y sistemas con soporte local y gestión remota mediante móviles.
Ajustes: Utilice mecanismos de ajuste automáticos y analice las necesidades en forma periódica.
Fuente Fuentes consultadas