
No se aventuraron con la nube. Probaron poco a poco, rompiendo el hielo y tomando confianza.
La computación en la nube ( cloud computing ) permite que las empresas utilicen servicios de software , plataformas para crear aplicaciones e infraestructura (redes, servidores y sistemas de almacenamiento) para atender la demanda de cómputo, mediante Internet o redes propias.
Un ejemplo son las campañas temporales y la compra de tiquetes de eventos que patrocina BAC Credomatic, que corren en sistemas cuya gestión está en manos de un proveedor en la nube pública. Esto les permite aumentar o reducir las capacidades contratadas según la demanda. Bajo este esquema se operan, además, el correo electrónico y los cursos internos de capacitación en línea.
Eso no es todo. En una nube propia o privada, la entidad financiera aloja sistemas y servicios críticos, donde –apoyándose en la virtualización, que permite tener varios servidores en un solo equipo– se trasladan las cargas de trabajo de un servidor a otro según se requiera.
“Hace 10 o 5 años no pensábamos en esto. Se elige lo que mejor funcione y que dé resultados en cada proyecto”, dijo Carlos Salguero Moya, gerente de tecnología e información de BAC Credomatic.
La entidad comenzó hace tres años a utilizar estas opciones de manera paralela a otras firmas en el país. En 2009 solo un 8% de las empresas usaba la nube, según la Comisión Asesora en Alta Tecnología (Caatec).
Otro estudio del Programa de la Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic), de la Universidad de Costa Rica, encontró que en 2010 el 13% de las compañías usaban la nube. Al año siguiente, era el 34%.
El empuje proviene de un incremento de opciones en el mercado.
También surge de una mayor disposición de parte de las empresas y entidades, como la Organización de Estudios Tropicales (OET), ente perteneciente a varias universidades de distintos países que se dedica a la investigación ambiental. En Costa Rica –además de su sede en la UCR– tiene estaciones en Guanacaste, Sarapiquí y San Vito.
La OET –con 345 colaboradores– empezó en mayo a instalar Office 365 de Microsoft, el cual incluye las aplicaciones de Word, Excel y Power Point, el correo electrónico y el servicio de almacenamiento OneDrive, con el que cada usuario pasó de tener de 250 a 500 GB en su computadoras a disponer de 1 TB para guardar todo tipo de archivos en la nube.
“Lo que atrae a los funcionarios es que se puede usar desde cualquier dispositivo, con sincronización total. Desde el punto de vista técnico, lo que atrae es la seguridad”, destacó Óscar Madrigal, coordinador de tecnología de la información de OET.
La implementación del Office 365 es considerada en esa organización como un paso en la transición hacia un mayor aprovechamiento de la nube para su sitio web y para el servicio link de comunicación y colaboración en línea.
El paso les ha garantizado mayor estabilidad del servicio, les permite dedicar recursos a nuevos proyectos, reducir la cantidad de servidores en cada sede (aprovechando la virtualización) e invertir en conexiones de mayor ancho de banda.
En el futuro la nube también se aprovechará para la biblioteca virtual (más de 40.000 libros, artículos y publicaciones). Sin embargo, la información financiera y de los clientes, investigadores y otros usuarios de los proyectos de la OET seguirá en sistemas propios.
Otra firma que migró a Office 365 fue Grupo Colono, que cuenta con 502 usuarios, y lo hizo apenas expiraron las licencias que tenía de ese paquete de software .
Más atrevimiento
Sacarle provecho a la nube no se trata solo de usar software o correos a través de Internet.
Las empresas pueden utilizar herramientas o plataformas para desarrollar su propios software en la nube; contratar data center con altos niveles de seguridad; y contar con redes inalámbricas en sus instalaciones.
Varias ya lo hacen. En el 2012 más de la mitad de las empresas empleaban servicios de software y de infraestructura en la nube, en tanto 32% usaba servicios de plataformas.
Signature South Consulting Costa Rica, firma de facturación electrónica, que tenía un centro de datos tradicional donde debían invertir en equipos para las temporadas de mayores ventas ( Día de la Madre y Navidad), aunque después quedaran ociosos. Lo mismo ocurría para desarrollar nuevos proyectos.
En 2008 descubrieron la plataforma Azure, de Microsoft, que les permitía transformar la facturación electrónica de un servicio web convencional a un servicio en la nube, con la flexibilidad para ajustar los recursos según la demanda y con un ahorro del 60% en costos.
“Lo más importante es poder desarrollar negocios”, dijo Sergio Chaverri, gerente general de Signature. “Ahora podemos ver más allá. Nos quitamos las limitaciones de infraestructura”.
Así pasaron de 1.000 a 800.000 clientes de su servicio Go Socket en la región y agregaron facilidades como apps móviles, interacción de las empresa con sus clientes, integración con los sistemas de gerencia y finanzas corporativos, y ajustes más rápidos según los cambios en los modelos legales y tributarios de cada país.
La moda, por supuesto, no es solo local. El “Global Cloud Index”, publicado por Cisco la semana anterior, estima que en los próximos cinco años, el tráfico de los centros de datos se triplicará y que la nube representará el 76% del total. Asimismo, la mitad de los 7.600 millones de habitantes del 2018 tendrá acceso a Internet en sus hogares y 53% de ellos usará servicios de nube.
La experiencia creciente de los consumidores con la nube y con el uso de diversos dispositivos crea oportunidades y presiones crecientes para las empresas de todos los sectores.
Grupo Monge inició hace 20 meses la implementación del Office 635 (correo, aplicativos de oficina y almacenamiento) y con cursos de capacitación mediante la nube.
Así fueron “rompiendo el hielo”, demostrando todas las promesas de flexibilidad para aumentar la capacidad según la demanda, seguridad, facilidad de instalación, reducción de costos y mejor atención de los clientes.
La cadena de comercios fortalecerá las aplicaciones que tiene en cloud computing , incorporando más sistemas y aplicaciones estratégicas, debido al impacto en la relación con los consumidores.
Actualmente prueban una app con la cual el vendedor tiene acceso en su móvil a los sistemas en la nube para gestionar todo el proceso de venta con cada cliente. Tras aplicarlo en las tiendas, también se utilizará con los vendedores que visitan clientes en sus hogares.
“Esto apalanca todo el proceso de ventas”, aseguró Allan Jinesta Cruz, gerente de tecnología de información de Grupo Monge.
