Las empresas actualmente enfrentan el reto de aprovechar las nuevas tecnologías y la gestión y análisis de los datos en sus negocios, así como de garantizar la seguridad y la integridad de la información.
“Las tecnologías son baratas incluso, pero la dificultad es contar con personal capacitado para la gestión y análisis de la información”, advirtió Gilles Maury, director de consultorías de Deloitte, en el evento Desafío Digital, organizado por Kölbi Negocios y EF en el Hotel Wydham Herradura.
El evento también contó con el patrocinio de las firmas Huawei, Corporación Font, Continex y SPC.
Yorleny Ruiz, directora de unidad de ingresos de gerencias corporativas del área de Telecomunicaciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), resaltó la posibilidad que tienen las empresas para incorporar las nuevas tecnologías para el desarrollo de los negocios.
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Centrarse en el negocio
A nivel global los negocios están siendo impactados por un mayor uso de los móviles, la realidad aumentada y virtual, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el consumo de contenidos.
Son tecnologías a disposición de las firmas por costos y ofertas, que deben elegirse según la empresa. “Lo clave es el negocio”, recalcó Maury.
En Costa Rica, de acuerdo al estudio de Deloitte para EF, las empresas están digitalizando especialmente las áreas relacionadas con los clientes, especialmente en educación, por ejemplo. Sin embargo, comercio se queda rezagado.
Por ejemplo, el uso de la computación en la nube depende de la confianza que los empresarios tienen para utilizar servicios corporativos gerenciales, más allá del correo electrónico o el almacenamiento.
Aplicaciones desarrolladas con blockchain e inteligencia artificial están empezando a incorporarse también.
Maury destacó que mientras los consumidores sí van adoptando y usando en forma intensiva las tecnologías, incluso destacándose a nivel regional, las empresas van con cierto rezago por falta de una estrategia de lo que se quiere hacer.
Uno de los desafíos es que en las empresas exista un rumbo y entendimiento entre los diferentes niveles jerárquicos.
Maury recomendó que las empresas tengan comités de innovación y que generen una cultura de uso de datos, perdiendo miedo a cuestionarse y ver dónde hay que mejorar.
“Hay tanto qué hacer con la información estructurada, con los datos que ya tienen las empresas para mejorar lo existente y proyectarse a futuro”, dijo Maury.
Experiencias
En el país podemos encontrar casos de empresas e instituciones que implementan proyectos aprovechando las tecnologías disponibles en el país.
Uno de ellos es el Expediente Digital Único en Salud (EDUS), de la la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), que empezó a desarrollarse en hace unos 20 años.
El expediente digital integra la información del paciente en un único repositorio de datos, explicó Manuel Rodríguez, director del EDUS.
“Es un sistema web centralizado que requiere un despliegue de infraestructura”, recalcó.
El proyecto implicaba diferentes tipos de componentes a nivel de software, equipo, conectividad y capacitación, con situaciones no siempre óptimas y en condiciones que tampoco eran suficientes.
El principal reto era alcanzar sitios muy lejanos donde hay unidades de atención básica de pacientes, con altos niveles de dificultad para el acceso incluso, que garantiza un nivel similar de atención independientemente del lugar.
La solución fue recurrir a los servicios administrados, donde se obtiene una solución completa que incluye redes, conectividad local, equipamiento y lo eléctrico, entre otros requerimientos.
Rodríguez enfatizó que el servicio debe estar siempre disponible, debido a la importancia de los datos de los pacientes, en tiempo real, cuando se está brindando la atención. “Los servicios de salud no se detienen”, dijo el funcionario.
Aparte del acceso a la información en las unidades de atención, también los pacientes pueden tener una app en la cual pueden disponer de sus propios datos.
Otro caso es en el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AYA), donde se implementan incluso proyectos de Internet de las cosas (IoT).
Tanto la CCSS como AYA utilizaron servicios administrados a través de Kölbi Negocios.
Luis Fernando Ulate, director de tecnología de información de AYA, indicó que la entidad enfrentaba retos por la obsolescencia de la infraestructura, limitaciones de ancho de banda, recursos también escasos y falta de métricas.
“Somos diez personas atendiendo todos los servicios de la institución a nivel nacional”, dijo Ulate.
Para atender estos requerimientos, incluyendo la necesidad de aprovechar nuevas tecnologías, se recurrió a los servicios administrados para 130 sitios en todo el país, lo que incluye infraestructura de red, equipos y soporte y monitoreo.
Una de las exigencias también era la alta disponibilidad, de forma que los servicios y las conexiones siempre estuvieran operando en óptimas condiciones, tanto para los sitios como para utilizar dispositivos móviles. “La disponibilidad actual es del 99,9%”, afirmó Ulate.
La entidad incluso utiliza la IoT para monitorear el servicio de agua potable a la población, que se tiene desplegados en 75 sitios.
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Seguridad: las claves están obsoletas
La mayor disponibilidad de tecnologías y de datos también pone a las empresas e instituciones ante la tarea y la responsabilidad de protegerse contra los ataques cibernéticos.
Carlos Martínez, director país de ESET, expuso cuáles son los principales peligros que se están dando: secuestro de datos, ataques de denegación de servicios y a sitios web, e incluso acciones para impulsar determinadas tendencias políticas y electorales.
Otro peligro es el robo de datos de los usuarios, pese a la actualización de las regulaciones como las implementadas por la Unión Europea.
Las empresas deben tener claro que también está en riesgo la continuidad de sus servicios.
También deben estar atentas a las nuevas regulaciones en la gestión de datos, que incluyen derechos de los usuarios y consumidores sobre la visibilización y corrección de los datos.
Asimismo tienen la obligación de que si su información se ve comprometida deben comunicar a las autoridades y a sus clientes, con el riesgo de sufrir severas sanciones.
El problema es si las compañías e instituciones alcanzan los niveles de protección requeridos, incluyendo la concientización de los usuarios.
Randall Barnett, del ICE, también llamó la atención sobre el cyberbullying y la falta de cultura de seguridad informática, tanto a nivel personal y residencial como de las empresas y entidades.
Barnett anunció que actualmente el Instituto está trabajando con un portafolio de servicios de protección de información dirigido a sus clientes.
Una de las dificultades es que la seguridad informática se ve como una tarea sólo del departamento tecnológico, pero abarca usuarios internos y externos, clientes y proveedores.
Uno de los fallos es que no hay especialistas encargados de la seguridad informática. Martínez, de ESET, advirtió que esta tarea no puede encargarse al departamento de tecnología de información pues éste se convierte en juez y parte.
“Un encargado de seguridad informática se vuelve como un auditor de lo que se hace en tecnología”, dijo Martínez.
Víctor Rojas, de Font, destacó que el especialista en seguridad debe tener una visión estratégica de la protección de la información y de los servicios. Agregó que las empresas deben pensar en el costo de los ataques de los hackers.
“No se invierte en seguridad como se debe, pensando que no nos va a pasar ningún incidente”, advirtió Luis Silva, de SPC.
Silva también explicó que no basta con tener unos sistemas de seguridad informática, sino que el negocio debe ir de la mano con la estrategia de protección.
Isaac Rodríguez, especialista de PwC, recalcó que el mayor riesgo sigue estando en las organizaciones, donde no se están protegiendo los procesos y los hackers van escalando en su exploración y penetración.
“Las amenazas se dan porque los muros de los castillos ya no son suficientes”, dijo Rodríguez.