La inteligencia artificial (IA) generativa de video representa el siguiente gran salto tecnológico, con herramientas capaces de crear clips “realistas” a partir de simples instrucciones de texto.
Sin embargo, esta innovación abrió simultáneamente una compleja batalla legal y económica sobre los límites de la propiedad intelectual y los derechos de autor.
El conflicto central surge cuando los usuarios utilizan estas herramientas para generar contenido con personajes icónicos de la cultura popular, como los de videojuegos o dibujos animados.
Esta práctica, aunque técnicamente sencilla para el usuario, constituye una posible infracción masiva de los derechos de autor que las empresas dueñas de estas franquicias han protegido durante décadas.
La presión sobre las empresas desarrolladoras de IA es significativa.
Gigantes del entretenimiento como Nintendo reafirmaron públicamente su postura de actuar legalmente contra cualquier uso no autorizado de sus obras, mientras que conglomerados de medios, como el diario The New York Times, ya han interpuesto demandas.
Este escenario de alto riesgo legal obliga a las compañías de IA a reaccionar y una de estas empresas acaba de anunciar una de las primeras políticas concretas en esta materia.
OpenAI prometió reforzar el control sobre los derechos de autor tras las críticas a su aplicación de creación de videos con inteligencia artificial Sora 2.
“Otorgaremos a los titulares de los derechos un control más preciso sobre la generación de personajes”, escribió el director de OpenAI, Sam Altman, en un blog publicado el viernes.
Desde su lanzamiento el 1.° de octubre, los usuarios de la aplicación han creado clips que copian con inteligencia artificial personajes inspirados en dibujos animados como South Park o videojuegos como Pokémon.
La compañía estadounidense, propietaria del popular robot conversacional ChatGPT, tiene varias demandas por derechos de autor.

Sora es un modelo de inteligencia artificial que genera videos realistas a partir de descripciones de texto.
Menos de una semana después del lanzamiento, Altman ya anunció que OpenAI endurecería su política de derechos de autor.
“Daremos a los titulares de derechos un control más detallado sobre la generación de personajes”, prometió en el blog.
Según The Wall Street Journal, OpenAI podría exigir que los titulares de derechos de autor, como ya hacen los estudios de cine, opten por no permitir que su trabajo aparezca en videos generados por IA con Sora 2.
El gigante japonés de los videojuegos Nintendo declaró el domingo en un comunicado en X que no ha tenido “ningún contacto con el gobierno de Japón sobre la IA generativa”.
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“Incluya o no IA generativa, continuaremos tomando las acciones necesarias contra la infracción de nuestros derechos de propiedad intelectual”, dijo el gigante de los videojuegos.
