El año terminó para todos los efectos, excepto para las celebraciones, las compras y las vacaciones de cierre.
No fue un año tranquilo, ni en lo político ni en lo económico. Tuvo enormes cimbronazos en redes sociales, de magnitud de catástrofe, donde dejamos al descubierto lo peor de nosotros mismos.
Si los temas y las búsquedas en Google son una señal de lo que nos interesa, de nuestras preocupaciones y de lo serio que nos tomamos las cosas, es posible que también nos quedamos cortos, muy cortos.
Ya sabemos cuáles fueron los temas, las tendencias y los hechos que más nos acongojaron en el año.
Ninguna de las principales diez tendencias estuvo relacionada con tecnología, que es el eje sobre el cual se mueven actualmente las relaciones interpersonales, el entretenimiento, la producción, los servicios, la economía y, más importante y relevante, nuestros empleos.
Nada que agregar.
¿No que somos un país de nativos digitales, según el mismo Google y todas las empresas de la industria de tecnología de información y telecomunicaciones?
Usamos la herramienta que nos facilita Google y filtramos las búsqueda a los temas tecnológicos.
Esto fue lo que encontramos.
A nivel global los usuarios están preocupados e interesados por las nuevas aplicaciones y plataformas de la Revolución 4.0, como la inteligencia artificial y el blockchain.
En Costa Rica, sin embargo, vean los términos de búsqueda más usados y los temas de mayor interés en el área de tecnología.
Claramente parece que la Revolución 4.0, y su impacto en el empleo y en las operaciones empresariales, los tomamos a la ligera o ni siquiera está entre nuestras consideraciones diarias.
Es probable que la mayoría de las búsquedas en Tiquicia sean generadas para tareas escolares, en cualquiera de sus niveles e incluyendo universidades.
Lo cual aplicaría también para la robótica.
Recordemos los esfuerzos de educación informática en primaria y secundaria basándose en ejercicios de robótica, lo que explica que aparezca entre los términos más usados en las búsquedas en Google.
Si nos metemos a ver cuáles son los subtemas que interesaron en la categoría de tecnologías de la información y comunicación, nada encontraremos de las nuevas aplicaciones y plataformas de la Revolución 4.0 o del cambio digital.
¿Es otra demostración del rezago de los programas educativos respecto a la transformación digital y de la brecha en la formación de talento?
Parece que preparamos gente para los años 90 del siglo pasado, cuando Internet se estaba popularizando y Microsoft dominaba la industria con su Office.
Lo peor es que laboralmente seguimos como en esa época, pensando en dominar el procesador de texto o el presentador de filminas.
Ninguna de las principales tecnologías de la Revolución 4.0 se encuentra entre los temas que nos interesa indagar para efectos de capacitación o reconversión laboral y profesional.
La Revolución 4.0 y la automatización sólo llama la atención en las empresas y a los encargados de tecnología que asumieron la tarea y que parecen minoría.
¿Estaremos esperando a que se aclaren los nublados del día, como es costumbre típica en estas tierras desde 1821?
Algunos creen que esperar nos da la ventaja de aplicar las tecnologías partiendo de las experiencias ya sufridas por los países que se adelantan y asumen la vanguardia en la adopción.
¿Es esto válido en la era de cambios digitales acelerados que ya vivimos o para los jóvenes y personas de distintas edades que no tienen empleo, pese a la alta demanda de talento de las empresas de servicios y de tecnología?